La vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez, se reunió este martes en Sao Paulo con el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que aspira a un nuevo mandato, para hablar sobre paz y la lucha contra el hambre y el racismo.
“Un encuentro fraterno y constructivo con Lula, quien expresó su amor por Colombia y su deseo de apoyarnos en el logro de la Paz y el bienestar del pueblo Colombiano. Gracias, gracias Brasil por su hermandad”, expresó la vicepresidenta Márquez.
Por su parte, Lula indicó que en la reunión con la mandataria electa se habló del continente, la lucha contra el hambre y el racismo en Colombia y Brasil.
El mandatario brasileño entre 2003 y 2010 es el favorito en los sondeos de cara a las elecciones del próximo 2 de octubre. En las urnas, se enfrentará con el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
La reunión se dio en el marco de una gira de la reconocida líder ambiental iniciada este martes en Brasil. El recorrido se extenderá hasta el lunes e incluye visitas a Río de Janeiro, Santiago de Chile, Buenos Aires y La Paz, según una agenda divulgada por su equipo de prensa.
“Queremos establecer un diálogo fraterno con líderes políticos y sociales en temas de paz, igualdad, cambio climático y justicia racial en la región”, agregó la vicepresidenta electa.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula informó que la agenda de Márquez en Sao Paulo incluyó reuniones con exministros para “conocer los programas de inclusión social implementados por los gobiernos” de esa organización política, al frente del Ejecutivo entre 2003 y 2016.
También se citó con representantes del movimiento negro brasileño
“Márquez demostró especial interés en políticas afirmativas, en programas de transferencia de recursos y de combate a la violencia contra los niños y de protección de la mujer”, añadió el PT.
Si Lula vence los comicios, Brasil se sumará a la nueva ola de gobiernos de izquierda en Latinoamérica, entre ellos los de Argentina, Chile, México, Bolivia y Colombia.
Ferviente antiizquierdista, Bolsonaro no felicitó a Petro por su victoria en junio y aseguró que su llegada al poder es una muestra de la “amenaza del regreso del comunismo”, como se refiere a las administraciones de Lula, a Brasil.