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Colombia | PUBLICADO EL 23 febrero 2023

Freno en seco: ni una hectárea de coca se erradicó en enero

Petro cerró su primer enero sin destruir cultivos ilícitos. La interdicción también cayó en un 32%.

  • Cultivo de hoja de coca en Briceño, Antioquia, uno de los 204 mil identificados por la ONU. FOTO: El Colombiano
    Cultivo de hoja de coca en Briceño, Antioquia, uno de los 204 mil identificados por la ONU. FOTO: El Colombiano
  • Cultivo de hoja de coca en Briceño, Antioquia, uno de los 204 mil identificados por la ONU. FOTO: El Colombiano
    Cultivo de hoja de coca en Briceño, Antioquia, uno de los 204 mil identificados por la ONU. FOTO: El Colombiano
Freno en seco: ni una hectárea de coca se erradicó en enero
40
toneladas de cocaína fueron incautadas en enero, representando caída del 32%

La lucha contra las drogas está cayendo. Mientras que el país se inunda en 204.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, el último informe sobre el balance de seguridad del Ministerio de Defensa reveló que en enero no se erradicó ni un solo cultivo.

Y es que es la primera vez en décadas que no hay ningún resultado en materia de erradicación, además es el primer enero de un presidente, Gustavo Petro, que pasa en ceros. En comparación con el mismo periodo del expresidente Iván Duque, se erradicaron 2.419 hectáreas.

La diferencia es mucho más abismal si se tiene en cuenta la forma en cómo se ha comportado la erradicación durante los primeros seis meses de Petro que venían con el plan del gobierno pasado: de agosto a diciembre en el país se destruyeron alrededor de 23.596 hectáreas de coca.

El Ministerio de Defensa le dijo a EL COLOMBIANO que ese revés en las cifras es porque “la Policía Nacional avanzó en el entrenamiento de personal para la erradicación y se adelantó el proceso de contratación necesario de los equipos para las labores que comenzaron el pasado 8 de febrero con 413 hectáreas erradicadas”.

Además, señalaron que el gobierno Petro tiene un interés especial en la interdicción. Por ejemplo, en el primer mes del 2023 se incautaron 40 toneladas de cocaína, eso comparado al mismo periodo en 2022 supone una caída del 19% (58,7 toneladas); pero por lo menos hubo un crecimiento de 4,4 toneladas más que las que se reportaron en diciembre: 35,6.

En ese sentido cabe la lógica de que el gobierno le está apuntando a otros frentes de lucha como la destrucción de laboratorios: 607 en enero.

Sin embargo, la erradicación se estanca justo en un momento donde el presidente pidió superpoderes para manejar políticas sobre la coca en el Plan Nacional de Desarrollo. Lo poco que se sabe hasta ahora es que se está valorando la idea de comprarle a los cocaleros el cultivo de la hoja de coca con la finalidad de “industrializar los cultivos ilícitos” y crear planes alternativos para sacar otros productos y aprovechar los usos legales de sus 14 principios activos como los alcaloides y la cafeína.

A eso se le suma que Petro ha querido dejar de criminalizar a los campesinos cultivadores y ha hablado en varios encuentros sobre la posibilidad de mezclar los cultivos lícitos e ilícitos como una medida de transición, lo que ha levantado polémicas desde todos los frentes políticos porque en pocas palabras, el mandatario le dio vía libre a los cocaleros para que sigan sembrando sin ninguna consecuencia legal. Esto, a su vez, generó escepticismo en Estados Unidos, cuyo gobierno advirtió que esto podría desencadenar problemas de ilegalidad mayores.

“Les diré a los funcionarios que ideemos el programa para que un campesino pueda cultivar aún hoja de coca mientras va plantando el cultivo sustituto, hasta probar que el cultivo sustituto funciona. Y si funciona, ya no hay necesidad de lo otro”, fueron las declaraciones de Petro en diciembre pasado.

En ese sentido, lo que ha considerado el gobierno es que perseguir al primer eslabón del narcotráfico –campesino que cultiva– no es una solución eficaz en la lucha contra las drogas. Incluso, el propio presidente pidió que se bajara la meta de erradicación en casi un 60% mientras sus ministerios reformulan la política pública de sustitución de este cultivo ilícito.

Y esa misma línea camina el ministro de Justicia, Néstor Osuna, porque en entrevista con EL COLOMBIANO aceptó que, en el marco del proyecto de la ley de sometimiento, descriminalizar el cultivo es dejar de criminalizar al campesino.

Nuestro propósito es dejar de aplicarles el aparato de persecución penal a esos campesinos pobres cultivadores de coca y comenzar la persecución criminal donde están las grandes cifras del negocio, que es donde ya se vuelve cocaína y exportación, lavado de activos y tiene cifras hípermillonarias. A los campesinos hay que darles una alternativa: otro cultivo, otra actividad, de pronto otra tierra distinta a la en que han estado tradicionalmente asentados”, explicó Osuna.

Precisamente, el director de la Policía, el general Henry Sanabria, dijo que mientras que está lista la resolución para establecer la medición específica, el criterio actual para erradicar es que exista una extensión de más de tres hectáreas.

Frente a esto, un informe de la ONU determinó que en las zonas más afectadas por esta problemática, los cultivos tendían a ser pequeños. Así las cosas, la mayoría de plantaciones en el país no superan las dos hectáreas, por ejemplo, Catatumbo reportó cultivos promedios de 1,3 hectáreas, Amazonía de 1,45 y Pacífico 1,2.

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Paulina Mesa Loaiza

Periodista de la sección Actualidad.

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