Siete refinerías artesanales localizadas en la subregión del Catatumbo, en Norte de Santander, al parecer eran utilizadas por el ELN para producir insumos químicos para la elaboración de cocaína, a costa de un grave daño ambiental.
El coronel David Rojas Duque, comandante del Batallón de Operaciones Terrestre N°10 del Ejército, informó este martes que las refinerías fueron encontradas y deshabilitadas en la zona boscosa de la vereda Caño Victoria, del municipio de Tibú.
Se presume que los insurgentes hurtaron combustible del oleoducto Caño Limón- Coveñas, de Ecopetrol, para trasladarlo por medio de mangueras a las refinerías clandestinas.
El sistema implica la construcción artesanal de piscinas en el territorio, para verter el combustible, luego calentarlo a altas temperaturas y añadirle otros precursores, con el propósito de destilar un subproducto conocido como “pategrillo”, el cual se usa como disolvente de la hoja de coca.
Según el informe del Ejército, “estas refinerías, que tendrían un valor de más de 5.000 millones de pesos, albergaban más de 670.000 galones de crudo, 18 piscinas artesanales de almacenamiento y otros elementos utilizados para cometer este delito”.
Al operar estas refinerías, se genera gran contaminación en el bosque. El humo del combustible quemado es nocivo para la salud y los químicos que se vierten en el suelo y las fuentes hídricas producen un daño que afecta a pobladores y animales. El medio ambiente puede tardar hasta una década en recuperarse, según los expertos.
“En esta zona del departamento tiene injerencia el ELN, por lo que se presume serían los responsables del hurto al oleoducto”, manifestó el coronel Rojas.
En la zona también hay presencia de las disidencias de las Farc, tanto del Estado Mayor Central como de la Segunda Marquetalia.
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