Varios miembros del gabinete y cercanos al presidente Gustavo Petro quisieran estar en la posición en la que está Carlos Amaya, gobernador de Boyacá. Hace solo un par de días, en un foro sobre Inteligencia Artificial en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), se le vio al gobernador Amaya salir a la derecha del mandatario colombiano; ambos sonrientes, estaban comentando el discurso que el presidente Petro dio minutos antes.
El gobernador de 40 años fue el único mandatario local que acompañó al jefe de Estado porque es, además, presidente de la Federación Nacional de Departamentos. Esa gira en Medio Oriente ha sido cuestionada porque en Colombia la crisis humanitaria en el Catatumbo no cesa y los coletazos de la inédita transmisión del Consejo de Ministros aún cobran factura.
La presencia del poderoso político del Partido Alianza Verde junto al presidente Petro refuerza el hecho de que Amaya pasó de ser uno de los principales críticos de Petro e impulsor en segunda vuelta de la candidatura del fallecido Rodolfo Hernández a convertirse en un peso pesado del Gobierno con cuotas políticas, una bancada propia en el Congreso e influencia en territorios más allá de su natal Boyacá.
Según pudo conocer EL COLOMBIANO con diversas fuentes, el gobernador Amaya es uno de los impulsores de la reconfiguración de la Alianza Verde en el Ejecutivo. Esto queda demostrado con los recientes nombramientos de Antonio Sanguino como ministro del Trabajo, que anticipó este diario, y María Fernanda Rojas como ministra de Transporte. También Amaya logró hacer nombrar a la ingeniera industrial Paula Andrea Cepeda como directora del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
El presidente Petro habría aceptado esos nombramientos bajo la condición de que la Alianza Verde vuelva a ser partido de Gobierno y no en independencia como lo es en la actualidad. “Es una estrategia pensando también en el 2026. Petro busca quitarle impulso al centro político, es decir a Claudia (López)”, le dijo a este diario una directiva de esa colectividad bajo reserva.
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En efecto, tanto Sanguino, Rojas y Amaya trabajaron con la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, pero hoy están alejados políticamente. López renunció a ese partido en mayo de 2024 junto al también exalcalde Antanas Mockus en medio del escándalo en la Unidad para la Gestión del Riesgo (UNGRD) que salpicó y cobró la salida de Carlos Ramón González, cofundador de ese partido, cercano a Petro, que fue director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y la dirección Nacional de Inteligencia (DNI).
Amaya, cercano a González, logró adaptarse a los cambios en su partido y ganó poder en el Gobierno. Por ejemplo, su hermano Jhon Edickson Amaya es el subdirector de Innovación Digital del Fondo de Paz. Pero según conoció este diario, el gobernador tendría muchas más cuotas políticas en entidades del Ejecutivo.
”Bancada propia” de Carlos Amaya
A cambio, el Gobierno recibe de Amaya apoyo a corto y mediano plazo a través de la influencia en la Federación Nacional de Departamentos, el Congreso y en las elecciones de 2026. Por ejemplo, el gobernador de Boyacá tiene “bancada propia” a través de los representantes Wilmer Yair Castellanos y Jaime Raúl Salamanca, quien es el actual presidente de la Cámara de Representantes y ha apoyado al Gobierno en su estrategia legislativa. Pero Amaya también es cercano a la senadora Carolina Espitia de Boyacá.
A mediano plazo, el petrismo busca que Boyacá sea un departamento donde puedan tener una mejor votación en 2026 que anteriores comicios y para eso Amaya es un aliado clave. En las consultas del centro político en 2022, Amaya ocupó el tercer lugar con 451.122 votos, casi empatado con Juan Manuel Galán que quedó de segundo detrás de Sergio Fajardo.
A través del ICA, Amaya consolida su poder en el agro que es su sector bandera. El dos veces gobernador se viste con ruana aduciendo su origen campesino y conecta con un electorado popular en su región al que el centro político no suele llegar.
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Precisamente, Amaya, según fuentes de la Alianza Verde, se proyecta a largo plazo como un candidato presidencial que pueda recibir apoyos de todas las corrientes políticas, incluyendo al petrismo con quien es aliado en la actualidad. A diferencia de Claudia López, su figura no genera tanta resistencia en la izquierda y tiene la maquinaria política suficiente para aceitar sus intereses electorales. No importa si eso implica estar hoy cercano al presidente Petro a quien criticaba en el pasado.
En febrero de 2023, pocos meses de haber iniciado el actual mandato presidencial, Amaya decía en redes sociales: “’El Estado soy yo’, monarca Luis XIV, Francia, Siglo XVII. ‘Si no se hace lo que yo diga no se hace nada’, presidente Petro, Colombia, Siglo XXI”. Pero parece que los monarcas también se pueden vestir de ruana.
EL COLOMBIANO le envió un cuestionario a Amaya para incluir su versión en esta historia. El gobernador asegura que no viajó con el presidente Petro a Emiratos Árabes: “Yo no viajé con el presidente, coincidimos, fui invitado a la cumbre en mi condición de presidente de la Federación Nacional de Departamentos”, dice adjuntando su carta de invitación e itinerario.
Además, señala que el Partido Verde desde el inicio ha tenido representación política en el Gobierno “y no fueron funcionarios cercanos a mí. Paula Cepeda entró como subgerente en el ICA. Luego, fue gerente encargada donde estuvo varios meses y luego la ministra toma la decisión de nombrarla titular por su excelente labor. Su hoja de vida y desempeño la definen como una excelente funcionaria. Creo que por haber trabajado conmigo no puede estar vetada para ocupar cargos públicos. Mucho más cuando tan bien se desempeña. Invitados a evaluarla por su labor”.
“También está Wilmer Leal, quien es gerente del Fondo Colombia en Paz. Su hoja de vida y trayectoria política habla por sí sola. Exrepresentante a la Cámara y siempre muy cercano a las ideas de izquierda. Votó por el presidente Petro e hizo campaña fuerte por él. Leal tiene méritos políticos y profesionales propios más que demostrados”, agrega.
