Si bien en las huestes del Centro Democrático se creía que la elección de Paloma Valencia como candidata única presidencial pondría fin a las rencillas y discusiones internas, lo cierto es que persisten los reclamos y pullas por el proceso que dio como ganadora a la senadora de cara a 2026.
Tanto María Fernanda Cabal como el ex precandidato Miguel Uribe Londoño enfilaron contra la colectividad, mientras que el expresidente Álvaro Uribe Vélez –jefe máximo del partido– se pronunció y de manera enérgica respondió que “nadie puede decir que en esta larga vida política le he hecho trampa”.
Por un lado, Cabal arreció en sus cuestionamientos alrededor de la encuesta como método de selección del candidato en lugar de apostar por una consulta. En ese sentido, con todo y que el partido divulgó los resultados de las mediciones, la congresista instó a revelar la metodología.
“¿Por qué no se revela la metodología? Porque es que yo saqué 207.000 votos, soy la senadora más votada en la historia, a mí no me gusta que no exista proporcionalidad en las cosas. La lógica es una, quiero saber el mecanismo de medición, punto”, sostuvo Cabal en diálogo con La Hora de la Verdad.
Previamente, la congresista le lanzó un mensaje directo al expresidente Uribe y le pidió no generar confusión, en referencia a sus encuentros y reuniones con otros candidatos diferentes a los del Centro Democrático. “No nos podemos seguir equivocando”, dijo.
“Uno no lo creyera, pero el filtrear y sacarse fotos con otros genera confusión en el elector. Si él decidiera acompañarla de verdad (a Paloma Valencia), tiene muchísimas posibilidades de ir a primera vuelta, por supuesto, pero como esto se mueve porque la política no es estática y la fotografía de hoy no es la de mañana, nos toca esperar qué va a pasar”, señaló a Semana.
Sin embargo, la congresista ratificó que, fiel a los acuerdos, respaldará integralmente la candidatura de Paloma Valencia. “Voy a apoyar a mi compañera, las tres hicimos un acuerdo. Espero que le vaya bien porque no quisiera ver después que pase lo mismo que pasó hace tres años y medio, cuando había ya una fórmula pactada”, precisó.
Por su parte, el dirigente Miguel Uribe Londoño –quien terminó apartado del proceso luego de que supuestamente se acercó al candidato Abelardo de la Espriella y le ofreció ser su fórmula vicepresidencial–, expresó dudas frente al manejo de la colectividad.
“Me siento liberado de una mordaza que tenía (...) Yo no abandoné el partido Centro Democrático. A mí alguien, algún directivo, por una decisión injusta, apresurada, porque no me quería en el partido, no quería que yo fuera el candidato, tomó la decisión de sacarme del proceso sin ninguna... sin debido proceso, sin preguntarme a mí nada”, reclamó en diálogo con Telemundo 51.
Inclusive, llegó a decir que su hijo, el fallecido senador Miguel Uribe Turbay, fue víctima de hostigamiento y amenazas al interior del partido. “A Miguel lo hostigaron y amenazaron en el partido, las candidatas compañeras de él, porque él les iba ganando. Y parte de ese hostigamiento le llevó a la muerte, porque Miguel salió a la calle a hacer campaña política, por su deseo enorme de que él le iba a ganar porque iban a ser los candidatos, y lo obligaron en el partido a que hiciera dizque calle, política en la calle”.
En medio de la controversia, el expresidente Uribe se refirió indirectamente a los reclamos y frente al proceso de selección insistió en que se debe hacer público todo el mecanismo. “Yo creo que mi deber es, simplemente, pedirle al partido Centro Democrático que publique, como lo está haciendo, todas las actas. Aquí nunca se ha hecho trampa”, explicó en la emisora del Atlántico.
“Mi vida política ha tenido mucha controversia, pero nadie puede decir que en esta larga vida política le he hecho trampa. Hay que seguir en esta tarea pedagógica por todo el país”, agregó el exmandatario, quien impulsa un evento político de Paloma Valencia este jueves en Barranquilla.
Lo cierto es que las declaraciones de lado y lado evidencian que la otrora rigurosa disciplina que caracterizaba al uribismo parece estar en jaque y se intensifica una disidencia que, ahora en público, cuestiona directamente las decisiones de Uribe. ¿Habrá consecuencias?