Por otro lado, en la Alianza Verde –de donde provienen varios de los implicados– se vivió este lunes una verdadera desbandada con la renuncia de dos de sus máximos exponentes: el exsenador Antanas Mockus y la exalcaldesa Claudia López, quienes reclamaron por prácticas que van en contra de los valores que en algún momento llegaron a desatar una renovada esperanza con la Ola Verde.
En medio de todo queda el presidente Gustavo Petro que, dejando de lado las explicaciones pendientes y las críticas internas, se limitó a insistir en este lunes en la “estrategia” de un golpe blando y reclamó por supuestas extorsiones. Sin embargo, lo cierto es que sus reformas hoy quedan con un manto de duda cada vez más grande, mientras su frágil y diezmada coalición de gobierno en el Congreso amenaza con fragmentarse aún más.
Reformas, en veremos
El gobierno Petro, aun antes del maremoto, enfrentaba un desafío mayor: lograr que su reforma pensional (que enfrenta su tercero de cuatro debates) fuera aprobada antes del 20 de junio –es decir, en menos de un mes –, y que la laboral si quiera lograra surtir el primer debate.
Los tiempos ya eran apretados, pero con el escándalo a cuestas, esta semana el Gobierno le puso un alto a su trámite. No es para menos. En su ventilador, Sneyder Pinilla, exsubdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), reveló que –con dineros que arañaron de las presuntas irregularidades con los carrotanques–, funcionarios del Gobierno presuntamente pagaron para garantizar el tránsito de reformas en el Congreso.
Los señalados son nada menos que el presidente del Senado, Iván Name (Alianza Verde), y el presidente de la Cámara de Representantes, Andrés Calle (liberal, con tendencia petrista). El primero habría recibido $3.000 millones, mientras el segundo $1.000 millones. Todo, para llevar a buen puerto los proyectos del Ejecutivo.
Semejante cuestionamiento le subió los decibeles a quienes piden ponerlas en el congelador. “No podemos dejar avanzar reformas en el Congreso mientras no se esclarezcan todos estos hechos. No debe haber trámite esta, ni las próximas semanas. No pueden avanzar ni en las plenarias, ni en las comisiones, hasta que no se conozca el fondo de esta tremenda corrupción por medio de la cual están comprando al Congreso”, advirtió el representante de oposición Hernán Cadavid.
No fue un mero reclamo político. Rodolfo Correa, presidente de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) pidió, en nombre del empresariado, que Gobierno y Congreso “suspendan inmediatamente el trámite de las reformas legislativas que actualmente avanzan, hasta que se aclare si es cierto o no lo que se está denunciando”.
Y si bien esta semana se tenía previsto que la Comisión Séptima de la Cámara avanzara con la pensional, la presidenta de esa célula legislativa, María Eugenia Lopera (Partido Liberal), le confirmó a este diario que apenas se están escogiendo los ponentes y, por ende, no se han radicado las ponencias. “Estamos en eso”.
Desde una postura más optimista, el representante oficialista Alfredo Mondragón (Pacto Histórico) le dijo a EL COLOMBIANO que tienen “el mandato popular para seguir insistiendo en las reformas sociales. Así lo hizo de manera civilista, alegre y mayoritaria el pueblo el 1 de mayo”.
Verdes, se acentúa la crisis
Las voces que pedían la escisión –es decir, la división legal y formal– de la Alianza Verde hoy retumban con más fuerza. Que varios de los salpicados resultaran involucrados precipitó la renuncia de Claudia López y Antanas Mockus. Así, el partido del girasol se sigue deshojando.
“La gravedad de lo denunciado hace que mi participación en la colectividad sea insostenible (...) es evidente que muchos sectores en la Alianza Verde no han incorporado los principios que dieron lugar a la formación de la colectividad”, alertó Mockus.
“Me voy porque el Partido Verde terminó cooptado y controlado por una minoría petrista que no representa ni honra los valores, prácticas y principios que he defendido y practicado en mi vida”, argumentó por su lado López.
El corazón de la colectividad, que ya venía maltrecho por los frecuentes choques entre sectores afines al Gobierno y quienes reclamaban independencia, parece haber quedado herido de muerte por cuenta del escándalo. No solo es el senador Iván Name. Otro peso pesado de la colectividad quedó en entredicho: nada menos que el expresidente verde y hoy director de Inteligencia Nacional (DNI), Carlos Ramón González.
El funcionario, uno de los hombres más cercanos al presidente Gustavo Petro y de los pocos que le habla al oído, sería señalado en la matriz que prepara ante la Fiscalía exdirector de la Ungrd, Olmedo López. Al parecer, González –un exguerrillero que militó de tú a tú con el hoy mandatario en el M-19 y quien tiene poltrona la Alianza Verde–, fue quien dio la orden para pagar los sobornos en el Congreso.
El escándalo también se llevó consigo a otra verde: la hasta ayer consejera para las regiones Sandra Ortiz, cuya carta de renuncia fue aceptada por Petro. En ella ratificó su inocencia y alegó por un “espectáculo mediático para desprestigiarme”.
En medio de la polvareda, el senador Jota Pe Hernández, del ala crítica contra el Gobierno, anunció que se vienen más renuncias: “Es imposible estar en un lugar donde ha ingresado la corrupción. No podemos avalar prácticas politiqueras tradicionales que le han hecho tanto daño al país”.
Para el consultor político José Penso Arcieri, el escándalo terminó de subirle la temperatura a la crisis interna que ya se vivía. Aunque lamentó las salidas de Mockus y López, destacó que la colectividad “tiene una marca y una estructura lo suficientemente fuerte para poder seguir adelante sin esos liderazgos”.
Incluso, sostuvo que las bases del Verde que siguen con Petro seguirán incondicionales y no darán el salto a la independencia, mientras estos reductos que hoy comienzan a saltar del barco montarán rancho aparte y formarán su propia colectividad. “Un nuevo partido se formará a partir de la renuncia de Claudia López y consolidará a quienes la respaldan. Ellos marcarán independencia”, concluyó.