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Cocaína colombiana coloniza el mercado negro de Oceanía

En ese lejano continente un kilo del alcaloide se vende por US $200.000, diez veces más caro que en Miami.

  • Osemah Elhassen, el extraditable australiano capturado en Bogotá en 2021.
    Osemah Elhassen, el extraditable australiano capturado en Bogotá en 2021.
Cocaína colombiana coloniza el mercado negro de Oceanía
27 de septiembre de 2022
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El lejano continente de Oceanía se está convirtiendo en la nueva joya de la corona para los traficantes de cocaína colombiana, pues ofrece un atractivo mercado negro, donde un kilo vale 10 veces más que en Estados Unidos y la cantidad de consumidores va en un imparable aumento.

Fuentes de la Policía le contaron a EL COLOMBIANO que son cada vez más frecuentes los contactos entre los narcos locales y las mafias extranjeras, con el propósito de establecer las rutas de abastecimiento y responder a la demanda de los oceánicos.

Uno de los presuntos articuladores de esas alianzas era el australiano Osemah Elhassen, miembro de una red criminal que traficaba drogas entre continentes.

La Policía, con apoyo del FBI, lo capturó en Bogotá en julio de 2021, con fines de extradición a EE.UU. El operativo para su ubicación fue digno de una película de espionaje.

El FBI y la Policía de Australia distribuyeron en el bajo mundo, de manera secreta, una aplicación de mensajería por celular llamada Anon. Los agentes infiltrados les hicieron creer a los miembros del crimen organizado que la App tenía un grado de encriptación militar indescifrable para las autoridades, y ellos comenzaron a usarla para comunicarse entre sí y coordinar sus negocios ilegales.

Sin que lo supieran, sus mensajes eran monitoreados por las agencias de seguridad. Así detectaron a 500 sospechosos en todo el mundo, incluyendo a Elhassen, quien al parecer fue enviado a Colombia para reunirse con narcos.

En febrero de ese mismo año fue descubierta otra red que traficaba cocaína a Hong Kong y Oceanía. Operaba desde China y en Bogotá y Santander se lavaban las ganancias del negocio.

Según un informe de la Fiscalía, la droga “salía camuflada en productos líquidos, que llevaban en el equipaje viajeros que salían del aeropuerto El Dorado y hacían conexión en EE.UU, Venezuela, Ecuador, Centroamérica y Europa, para buscar su destino final: Hong Kong y Australia”.

El dinero producido por estas exportaciones en pequeñas cantidades era enviado a Colombia por medio de giros internacionales y lo reclamaban 40 personas en distintos sitios, para no levantar sospechas. Tres colombianos fueron detenidos en Bogotá y Pie de Cuesta (Santander) por este blanqueo de capitales.

En 2022 no se han detectado más redes de este tipo en Colombia, pero sí en otras latitudes, donde las agencias de seguridad están interceptando los envíos de cocaína en su camino a Oceanía. Esta dinámica quedó patente en el Informe Mundial de Drogas 2022 (World Drugs Report) de la Oficina contra la Droga y el Crimen de la ONU (Unodc), que hizo el análisis del mercado y la trazabilidad de las rutas.

Un jugoso mercado

Según este organismo multilateral, en el mundo hay 234.000 hectáreas de coca cultivadas, que equivalen a 328.000 canchas de fútbol.

Aunque entre 2019 y 2020 hubo reducción del 7% en los sembradíos en Colombia, el mercado de drogas equilibró ese faltante con un aumento del 13% en los cultivos de Perú y del 15,3% en los de Bolivia.

Entre 2019 y 2020 (fecha de la última medición) hubo un aumento del 11% en la producción de cocaína, con 1.982 toneladas; también crecieron las incautaciones, con 1.424 toneladas. Unodc calcula que hay 21,5 millones de usuarios de esta droga en el planeta.

De estos últimos, en Oceanía hay 730.000 consumidores, la mayoría residentes en Australia y Nueva Zelanda.

Aunque parece un mercado pequeño comparado con el de EE.UU. (6’350.000) y Europa Occidental (4’550.000), tiene un potencial que atrae a los narcos: un kilo de droga se vende allá por 200.000 dólares, 10 veces más de lo que vale en Miami (US $20.000).

Por si fuera poco, tiene el mayor porcentaje de prevalencia en uso de cocaína del mundo, es decir, que una mayor proporción de su población de 15 a 64 años aceptó haber consumido droga en 2020. El indicador para Oceanía es de 2,7%, le siguen Norteamérica (2%) y Suramérica (1,6%).

La disponibilidad de cocaína en las calles de Australia y Nueva Zelanda viene creciendo desde 2013, en la medida en que los narcos de Colombia han estado afinando sus despachos. El flujo del estupefaciente es tan estable que, según Unodc, entre 2020 y 2021, durante los días más crudos de la pandemia de covid-19, el consumo no decreció.

De hecho, el uso de este alcaloide en el pequeño continente supera al de otras drogas populares, como marihuana, heroína y metanfetaminas.

Las seis rutas más usadas

Para llegar hasta Oceanía, los narcos utilizan seis rutas: la primera es un embarque directo desde la Costa Pacífica, que usualmente sale del puerto de Buenaventura.

La segunda tiene escala en Centroamérica o México, donde se acopian grandes cargamentos, antes de surcar el océano Pacífico por agua o por aire hacia el destino final.

La tercera ruta tiene punto de acopio en Brasil y se embarca en las costas de Perú, o sale en vuelos clandestinos.

La cuarta sale de Brasil y surca el Atlántico hacia Europa, y desde el Viejo Continente los traficantes la despachan hacia Australia. Esta es peligrosa para los narcos, según agentes antinarcóticos consultados, porque tiene bastantes puntos de vigilancia. Aunque a decir verdad, la corrupción contrarresta esos controles.

Infográfico

La quinta es una de las rutas más largas, pero es más segura para los traficantes, de acuerdo con investigadores.

Este trayecto nace en Colombia, tiene punto de almacenaje en Brasil, desde donde se despacha la mercancía por los puertos de Sao Paulo, Río de Janeiro y Bahía, entre otros.

El navío cruza el océano Atlántico y hace escala en Suráfrica. De allí continúa por el océano Índico hasta Oceanía (ver el mapa).

El sexto desplazamiento es similar al anterior: parte de Colombia y pasa por Brasil, pero en África el embarque hace transbordo y es llevado por tierra o aire hasta su costa oriental, en el denominado Cuerno Africano, que incluye a los países de Etiopía, Somalia y Kenia. De ahí despega en aviones que cruzan el Índico hacia el destino final.

Esta dinámica de exportaciones le fue confirmada hace un mes a este diario por el general Jorge Vargas, antes de dejar su cargo como director de la Policía.

“Hay una constante incautación y un trabajo coordinado con Australia, que es el país más grande, adonde a través de veleros o contenedores llega la droga. Con la Policía Federal de Australia tenemos un programa, que incluye a Chile y Panamá, una cooperación estrecha. Se han capturado organizaciones y personas acá, por información de Australia, pero son muchísimas menos las cantidades (de droga) que las enviadas hacia Europa y Estados Unidos”, manifestó.

Exportar la mercancía a tierras tan lejanas tiene unos sobrecostos en comparación a conexiones próximas, como Centroamérica o EE.UU. Hay que sobornar a más funcionarios, pagar más transportistas y en algunos casos, cuando se involucran intermediarios, repartir los ingresos entre un número mayor de personas.

No obstante, el margen de ganancias parece ser tan atractivo, que los comerciantes de vicio se están arriesgando cada vez más. Después de todo, la demanda de cocaína colombiana está creciendo en los confines, igual que el deseo de los narcos de colonizar mercados.

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