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El Gobierno Nacional y el ELN pactaron los lineamientos para un cese el fuego bilateral, luego de tres rondas de negociaciones, un intento fallido de tregua y desacuerdos que por poco llevan al traste, una vez más, los acercamientos con esa guerrilla sexagenaria.
El acuerdo contempla restricciones para los combates, emboscadas, operaciones de captura y ofensivas territoriales; sin embargo, no prohibe otras acciones del ELN que también afectan a la población civil, como las extorsiones, “impuestos revolucionarios”, el narcotráfico, abigeato, usurpación de tierras y reclutamiento, entre otras.
Así quedó explícito luego de unas declaraciones que “Pablo Beltrán”, el jefe de la delegación elena, entregó a la prensa después del evento.
“Las operaciones de finanzas del ELN se comenzaron a discutir aquí, pero esa discusión no terminó. Se va a seguir discutiendo, entonces en estos protocolos no entraron. Se aspira a que más adelante sí”, señaló, y frente a los secuestros extorsivos, que él denominó “retenciones”, aclaró que “si no son necesarias, no se harán”.
Características del cese
El anuncio, considerado histórico, se realizó ayer en La Habana (Cuba), donde las delegaciones de ambas partes cerraron el tercer ciclo de conversaciones. Al evento asistieron, además de los delegados de paz, países garantes e invitados internacionales, el presidente Gustavo Petro y Eliécer Chamorro Acosta (“Antonio García”), el comandante de los subversivos.
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, leyó el comunicado conjunto en el cual se especificaron las condiciones del cese el fuego, que tendrá cobertura nacional y una duración inicial de seis meses.
La tregua se realizará en varias etapas, iniciando con un periodo de alistamiento (de junio 9 a julio 5) en los territorios, que incluirá la creación de un canal de comunicación entre los bandos, por medio del delegado del secretario de Naciones Unidas en Colombia.
Una vez realizadas dichas verificaciones, el 6 de julio se dará la orden del cese de operaciones ofensivas, con un periodo de instrucción pedagógica para las tropas.
El 10 de julio, según el documento, habrá una reunión plenaria de todos los miembros de la mesa de diálogos para hacer ajustes y aprobar los protocolos del cese y los mecanismos de verificación del cumplimiento.
El 3 de agosto de 2023 iniciará la implementación plena del cese el fuego durante 180 días, con posibilidades de prorrogarlo.
Menos bala, pero...
El ELN tiene injerencia en 13 departamentos de Colombia, pero sus actividades bélicas se padecen con mayor agudeza en Arauca, Norte de Santander, Cauca y el sur de Chocó (ver el mapa).
Se espera, por ejemplo, que mermen los ataques a la Fuerza Pública en municipios críticos como Tibú, Fortul y Bajo Baudó, donde son frecuentes los hostigamientos y atentados con sus francotiradores.
Una de las preocupaciones entre las agencias de seguridad es la capacidad que pueda tener el Comando Central (Coce) para alinear a todas sus estructuras armadas en la tregua. Agentes de Inteligencia afirman que el Frente de Guerra Occidental, con injerencia en el sur de Chocó, y el Frente de Guerra Oriental, que controla a Arauca, son potenciales disidencias, debido a su poder económico y capacidad de autogestión.
Sobre esto le preguntaron a “Antonio García” en Cuba, a lo cual respondió que “todos nuestros frentes están unidos”.
La prueba de fuego será este periodo de seis meses, en el que se podrá certificar si los 5.850 integrantes de la facción cumplen con la orden.
Otro aspecto que no se tocó en el tercer ciclo fue la posible incidencia de la tregua en territorio venezolano, donde - según fuentes de Inteligencia - la guerrilla tiene desplegadas el 40% de sus operaciones.
Conversaciones espinosas
La tregua que anunciaron las partes es en realidad el cuarto intento desde que comenzó el mandato de Gustavo Petro.
Fuentes cercanas a la mesa de diálogos explicaron que en los ciclos pasados, en Caracas y México D.F., el Gobierno trató de convencer a la contraparte de silenciar los fusiles, pero el ELN lo rechazó.
El Jefe de Estado lo intentó por su propia cuenta y de manera unilateral, cuando anunció un cese el fuego por su cuenta de Twitter, el 31 de diciembre de 2022.
La idea, que parecía bienintencionada, fue negada de tajo por el ELN, por considerarla una imposición no aprobada en la mesa, y el incidente se convirtió en la primera crisis que tuvo que afrontar el proceso de paz.
“A diferencia de las Farc, con el ELN es más difícil concretar un cese el fuego, porque su Comando Central no ha tenido grandes modificaciones en el tiempo, y quienes lo conforman tienen una doctrina bastante política y antigua, en la que el uso de las armas es un asunto de honor y es legítimo dentro de su revolución”, expresó un exmiembro de la organización, quien pidió la reserva de su identidad.
Otro problema que enfrentó a las partes fue el acercamiento de la Casa de Nariño con las bandas de crimen organizado. A juicio del ELN, esa gestión provocaría “impunidad y beneficios de grandes capos ligados a poderosos sectores económicos, políticos y de las Fuerzas Armadas, dejándoles intocables en las sombras”, según un comunicado expedido en septiembre.
Lo cierto es que el anuncio de ayer no solo es evidencia de que varios de esos desacuerdos habrían sido superados, sino que le tiró un salvavidas al Gobierno ante la opinión pública, por el difícil momento político que atraviesa Petro en la actualidad.
El Primer Mandatario llegó a La Habana precedido del escándalo de las chuzadas clandestinas, traiciones internas, pérdida de popularidad en las encuestas y posibles filtraciones de dinero sucio a su campaña presidencial, que quedaron expuestos por la disputa entre el exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, y la exjefa de gabinete, Laura Sarabia.
El trasfondo político implica que el proyecto de “paz total”, que ya muestra avances con el ELN y las bandas del Valle de Aburrá, le está dando el oxígeno político que Petro venía perdiendo por la fractura de su bancada en el Congreso, las críticas a sus reformas y los malos pasos de su gabinete y círculo familiar.
¿Hasta 2025?
En su discurso en la isla, el presidente Petro valoró los avances de la mesa y declaró que “la promesa es que el 25 de mayo de 2025 cesa definitivamente la guerra de décadas entre el ELN y el Estado de Colombia”.
Esto sugiere que las conversaciones con esa guerrilla, que empezaron en 2022, tardarán unos dos años más.
Además del cese el fuego, en el tercer ciclo se acordó la creación de un Comité Nacional de Participación, en el que 30 sectores de la sociedad podrán aportar con sus ideas a la discusión. En las próximas semanas se definirá el protocolo para incorporar a la comunidad.
El cuarto ciclo de conversaciones será en Caracas, del 14 de agosto al 4 de septiembre. Entre los puntos a tratar estarán, precisamente, esas “actividades económicas” del ELN que afligen a la población civil y la posibilidad de frenar el reclutamiento.
Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.