Hace tres meses los privados de la libertad no reciben ninguna visita de sus familiares, amigos ni abogados. Las horas en las cárceles pesan más, y el miedo de que el virus se cuele como ocurrió en Villavicencio y Acacías (Meta), Cartagena (Bolívar) o Leticia (Amazonas) permanece.
Pero más allá de sentimientos y angustias, en la práctica, sin visitas los reclusos tienen muchas necesidades que eran suplidas cada semana por sus allegados. “Mi esposa venía cada ocho días, traía comida que me duraba dos días, pero también me traía crema dental, papel higiénico, jabón y champú. Ahora no tengo nada de eso”, dice Juan, quien está recluido en Bellavista, una prisión en la que aún no ha entrado el virus.
Por eso, en medio de la pandemia, los presos requieren ayuda que no pueden tener por la vía ordinaria, y que el Gobierno tampoco puede suplir.
La solidaridad no se ha hecho esperar. El Inpec ha recibido donaciones de varias instituciones, organizaciones de la sociedad civil y empresas. Su director, el brigadier general Norberto Mujica Jaime, contó que han recibido directamente 194.766 tapabocas quirúrgicos y 14.933 tipo N95, 81.616 pares de guantes, 35.850 litros de gel antibacterial, 85.585 litros de alcohol antiséptico, entre otros elementos de protección y aseo.
Aún así, esto no ha sido suficiente, si se tiene en cuenta que en Colombia hay 111.936 personas privadas de la libertad, que viven en un hacinamiento del 38,32 % y en condiciones económicas precarias, según el Inpec. Por eso, el Ministerio de Justicia y la Corporación Minuto de Dios emprendieron la campañas “Tras las rejas necesitamos tu ayuda: actúa con el corazón”.
Con ella pretenden recibir donaciones de la ciudadanía y del sector privado para llevar a los centros de reclusión del país elementos útiles para quienes allí pagan sus deudas con la sociedad. “De esta manera se busca enviar un mensaje a los privados de la libertad, recordarles que nos importan, que no están solos y que somos muchos los que desde afuera estamos dispuestos a aportar para que el momento que viven sea más llevadero. Es cuestión de no pasar de largo, de no dar la espalda, de sensibilizarnos frente a sus necesidades y ser solidarios”, expresó la ministra Margarita Cabello.
Así fue como la Corporación Minuto de Dios, el Ministerio y el Inpec iniciaron las gestiones para obtener artículos de aseo, medicamentos, pasabocas para horarios diferentes a los de las tres comidas diarias, elementos para prevenir el contagio de la covid-19 como geles antibacteriales, tapabocas, guantes y jabones y elementos de entretenimiento como juegos de mesa, películas formato DVD y libros.