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Visión Cero: la apuesta por reducir la mortalidad en las vías

Medellín avanza con esta estrategia, que busca evitar al máximo las víctimas por incidentes viales. Estos son los resultados.

  • Reducir la velocidad a 50 km en los principales corredores viales es un pilar de Visión Cero, que tiende a convertirse en una filosofía de ciudad para bajar accidentes. FOTO Carlos Velásquez
    Reducir la velocidad a 50 km en los principales corredores viales es un pilar de Visión Cero, que tiende a convertirse en una filosofía de ciudad para bajar accidentes. FOTO Carlos Velásquez
14 de abril de 2021
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En el plan de desarrollo de Medellín 2020-2023 quedó plasmada Visión Cero, una estrategia que busca reducir los incidentes viales y que a 2023 tiene un reto inmediato: bajar de 10 a 5 la tasa de muertes en accidentes por cada 100 mil habitantes con un pilar clave: mermar la velocidad vehicular.

Según los postulados, Visión Cero implica un cambio de paradigma educativo y cultural, “que no busca culpar a los ciudadanos sino compartir la responsabilidad en la seguridad vial”. Estima que todas las muertes y lesiones en las vías son prevenibles y contempla que los accidentes no existen, que son incidencias.

El enfoque Visión Cero fue firmado por el gobierno de Federico Gutiérrez en el Decreto 261 de 2019 y la actual administración lo adoptó dentro de su estrategia de seguridad vial.

La reducción de la velocidad en vías y avenidas se sustenta en considerar que si hay menos velocidad los incidentes se reducen, lo que salva vidas y evita congestiones, pues la movilidad nunca se frena por la atención de los casos.

La actual administración, para poner en marcha el proyecto, le encomendó a la Universidad de Antioquia formular las bases de lo que sería su implementación en la ciudad, partiendo de que es una estrategia que está en marcha hace 30 años en otros países.

El profesor Gustavo Cabrera, experto en seguridad vial y docente adscrito a la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, que tuvo a cargo esta misión, señala que Visión Cero tiene tres pilares: la reducción de la velocidad, el mejoramiento de la tecnología para la movilidad y la pedagogía con la gente.

Explica que esta filosofía ya se aplica con éxito en ciudades como Bogotá, que redujo a 50 km la velocidad en varias avenidas y ha logrado bajar la tasa de mortalidad vial a 6 por cada 100.000 habitantes. “En 1999, Medellín tenía una tasa de mortalidad vial de 33 por cada 100.000 habitantes y en 2019 ya estaba en 10. Ha sido gradual, pero a 2023 la idea es bajarla a 5 por 100.000 y hay compromiso para alcanzar ese objetivo”, afirma.

Un piloto exitoso

El estreno de Visión Cero en Medellín fue el piloto de bajar la velocidad de 80 a 50 km en la autopista Norte, la vía calificada por la Secretaría de Movilidad como la más peligrosa de la ciudad. El resultado fue tan exitoso, que el corredor -que cubre desde Punto Cero hasta los límites con Bello- duró 98 días (hasta el pasado 29 de marzo) sin muertes por incidentes en la carretera.

“La gente cree erradamente que andar a bajas velocidades aumenta la congestión, cuando es al contrario, está demostrado que una velocidad moderada (50 km) reduce significativamente los accidentes e incidentes, que son los que realmente frenan el tráfico mínimo una hora por caso, o más si hay muertos”.

Iván Sarmiento, phD en Vías y Transporte y docente de la Universidad Nacional, señala que a pesar de la idiosincrasia colombiana, Visión Cero es aplicable y arroja resultados positivos para la vida y la competitividad. Esta filosofía, dice, viene desde los años 50 y 60, con la aviación, “que siempre se preocupó porque los viajes fueran seguros y así han sido por lo general; luego, en los años 70, esa filosofía la adoptó la industria y en los 90 el transporte y la movilidad y en muchas ciudades los resultados son visibles”, indica.

Según Cabrera, España vivía una tragedia con más de 6.000 muertes al año en las vías y luego de adoptar Visión Cero la merma fue considerable. Según el medio español La Vanguardia (07-1-2021), en 2020 en este país se registró un mínimo histórico de 870 víctimas en carretera. En Madrid los muertos fueron 31.

¿Y la tecnología?

Cabrera advierte que la tecnología para la velocidad no se reduce a cámaras de fotodetección. El tema es más complejo y Medellín ha hecho cosas importantes, como los páneles o pantallas a lo largo del corredor del río, que le van indicando a los conductores lo que ocurre en las vías.

“También hay 400 paraderos inteligentes que actualizan cada día información de interés para los usuarios sobre accidentalidad, vías, rutas, se siente el compromiso”, señala.

A su vez, opina que más allá de que haya jurisprudencia acerca de que las autoridades deben comprobar quién maneja el vehículo que incurre en una infracción para imponer una multa, “desde el punto de vista de la salud pública hay un tema que está por encima y es la defensa de la vida, que es lo que nos debe importar a los ciudadanos”.

El catedrático Sarmiento añade que como la gente en Colombia está enseñada a la laxitud en las normas, la pedagogía debe ser más agresiva para que Visión Cero no sea una imposición sino una filosofía para el comportamiento.

“Acá se ha mejorado mucho, por ejemplo, en la entrega de los pases, las escuelas se han vuelto más rigurosas y son pocas las sancionadas por no cumplir las disposiciones, pero en Europa las pruebas teóricas y prácticas no las hacen las escuelas sino los ministerios y si la gente falla en las preguntas debe presentar el examen de nuevo hasta que acierte 100 %; además, si suman muchos accidentes, por puntos les quitan la licencia”.

La apuesta de Visión Cero es que corredores como la vía a Las Palmas, el sistema vial del río, las avenidas la 80, San Juan, Colombia y la Oriental, entre otras vías arterias, tengan una velocidad máxima de 50 km. Dado los altos índices de muertes que registran, es una medida urgente, pero está bajo análisis para decretarla.

Según la Secretaría de Movilidad, de las 55 muertes que se han presentado en las vías este año, la situación es la siguiente: en el sistema vial del río han ocurrido 9 muertes (16 %); en la Oriental + Echeverry, 6 (11 %); en la 80, 4 (7 %); en San Juan 2 (4 %); y en Colombia 2 (4 %).

Juan Gonzalo Merino, presidente de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa), que agrupa 3.220 buses, dice que aunque bajar la velocidad baja también la velocidad comercial, los beneficios son mayores en términos de vida.

“Con la autopista Norte se probó que bajaron las muertes; y la reducción de accidentes ha bajado costos en cuanto al pago de seguros por heridos o muertos en las vías”, afirma, por lo cual su gremio ve con buenos ojos la iniciativa que, dice el analista Iván Sarmiento, ningún otro alcalde la podrá frenar: “Porque ya nos pertenece a todos”.

98
días se mantuvo la autopista Norte, con la velocidad a 50 km, sin víctimas fatales.
El empleo que busca está a un clic

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