viernes
7 y 9
7 y 9
El asesinato de Julián David Ochoa todavía retumba en el corregimiento Santa Ana, en el municipio de Granada, Oriente antioqueño. Según Yesid Zapata, miembro de la Fundación Sumapaz, pasará mucho tiempo antes de que la comunidad se reponga del daño que le causaron los responsables del asesinato del joven líder ambiental.
La muerte de Kutamba, como era conocido el ambientalista de 29 años, colmó de tensión el corregimiento y según denuncia Zapata habría causado que varias personas salieran desplazadas del municipio de manera silenciosa por cuenta de amenazas de un grupo armado no identificado que estaría operando en el territorio desde hace ya varios meses.
Desde la Fundación Sumapaz señalan que la población en Santa Ana no ha instaurado denuncias oficiales ante las autoridades del municipio por la desconfianza que existe ante situaciones anteriores en las que recibieron respuestas indolentes y hasta revictimizantes por parte de funcionarios de la alcaldía y la fuerza pública.
Tras el asesinato de Julián David, el firmante de Paz, Ómar Restrepo denunció amenazas de muerte y señaló que en el municipio estaría ganando terreno un grupo armado con medios de comunicación y armas largas que tendría el nombre de Cooperante.
“Eso es bastante preocupante ya que es un territorio que viene siendo y afectado por varios homicidios que se han venido presentando en esa región del departamento”, expresó Restrepo, senador electo por el partido Comunes.
Ómar Restrepo no es el único que ha recibido amenazas. El Sindicato de Trabajadores de la Seguridad y la Protección por la Paz, Sintrasepaz, denunció que varios escoltas recibieron amenazas de muerte en Santa Ana.
Sin embargo, el alcalde Freddy Castaño niega tajantemente que existan grupos armados en Granada. Según le aseguró Castaño a EL COLOMBIANO, en los consejo de seguridad las autoridades locales han ratificado que no existe ninguna estructura criminal organizada en el municipio y además señala que es imposible que exista un actor armado capaz de desestabilizar la seguridad y los derechos humanos en el corregimiento de Santa Ana porque allí hace presencia la fuerza pública y de desminado humanitario.
Castaño desestimó las versiones sobre una amenaza latente contra la comunidad en Santa Ana, según dijo, porque justamente allí se realizaron las fiestas del Retorno durante el fin de semana y todo se llevó a cabo con tranquilidad.
También aseguró que los colectivos ambientales y defensores de los derechos humanos tienen plenas garantías para realizar sus actividades en el municipio. Consultado sobre la situación de los firmantes de Paz no supo dar respuesta concreta sobre la situación real de sus integrantes y manifestó que “habían situaciones diversas” sobre la seguridad de estos en Granada.
No obstante, Ómar Restrepo pidió reforzar la seguridad de 35 firmantes y familiares que fueron trasladados a Granada desde Ituango tras salir del Norte de Antioquia bajo amenazas de muerte.
Desde la Fundación Sumapaz piden a la Procuraduría y organismos a nivel nacional que den prioridad a la situación de Granada y el Oriente antioqueño ante un documentado aumento de la violencia y la presencia de grupos neoparamilitares que están copando el territorio desde el Magdalena Medio hasta el Oriente cercano.