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Porte de armas: otros temas que van más allá del debate sobre la tenencia
La propuesta no dice nada sobre las armas traumáticas, ni los controles a la exportación ilegal o las irregularidades con los salvoconductos especiales.
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El proyecto de ley para reformar la norma de porte de armas fue presentado esta semana en el Senado. Aún no se debate. FOTO Edwin Bustamante
El proyecto de ley para modificar las normas sobre el porte de armas en Colombia, que presentaron algunos congresistas del partido Centro Democrático, levantó toda clase de opiniones a favor y en contra en la sociedad, sin embargo, se quedó corto en el tratamiento de cuatro problemáticas de fondo relacionadas con el tema.
El documento, signado por la senadora María Fernanda Cabal y el representante Cristian Garcés, y respaldado por otros 11 copartidarios, consta de siete artículos que buscan modificar el Decreto 2535 de 1993, que regula el uso de armas, municiones y explosivos.
El principal objeto del proyecto es limitar el alcance de las suspensiones generales del porte de armas. El entonces presidente Juan Manuel Santos ordenó esta medida desde 2015, la cual ha sido renovada año tras año, incluso por el presidente Iván Duque, por lo que actualmente rige hasta el 31 de diciembre de 2021.
Desde la perspectiva de Cabal, “la prohibición solo beneficia a quienes delinquen con armas ilegales. Los ciudadanos tienen que tener cómo defender su vida cuando se ven amenazados por los bandidos”.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, opinó que “la propuesta es desacertada, no entiende los problemas que tenemos en las ciudades para garantizar la seguridad. Todo lo contrario, menos armas, porque las armas enmudecen las leyes”.
En el caso puntual de la capital antioqueña, los delitos de homicidio y hurto, en los que usualmente se emplean armas de fuego, van a la baja en 2021. Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (Sisc), se han registrado 74 asesinatos, 12 menos que en el mismo lapso de 2020 (con corte a marzo 17).
En cuanto a los robos, se documentaron 4.773, mientras que el año pasado iban 7.260, para una reducción del 34% (corte al 5 de marzo); de estos casos, 1.840 fueron en atracos.
A juicio de Quintero, valdría la pena pensar en la restricción a las armas de fogueo, “que los delincuentes están usando para los fleteos, y si nosotros los capturamos, no les podemos imputar el porte ilegal de armas”.
Esta es precisamente una de las cuatro situaciones de fondo que no analiza el proyecto de ley. Las tres se relacionan con los problemas de corrupción ligados a la expedición de permisos especiales para el porte (que autorizan llevar armas incluso en tiempos de suspensión general); el debate sobre si los alcaldes y gobernadores deberían tener poder de decisión sobre salvoconductos; y la incapacidad para frenar las importaciones ilegales de armas.
En Medellín, la ciudad que concentra el 43% de todas las bandas armadas del país, estos asuntos son una cuestión del día a día. A continuación reseñamos cada una de estas cuestiones, las cuales deberían ser tenidas en cuenta a la hora de pensar en las normas sobre el uso de armas . n
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armas de fogueo incautadas en comisión de delitos en el Aburrá (2017 a 2019): Policía.
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