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Parece un contrasentido pero ejemplifica el panorama actual del transporte público de Medellín: vagones y buses viajan livianos en la pandemia, pero cada vez su carga es más pesada.
Según un análisis de la canasta de costos fijos y variables, las autoridades regionales hablan de pérdidas acumuladas por $260.000 millones para los operadores del transporte colectivo del Aburrá, hecho que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad en la prestación de este servicio esencial. A esto se le suma la situación del Metro que solo llegaría a 54 % de los ingresos presupuestados para 2020 y al 51 % de los viajes previstos.
A continuación, revisamos el sistema colectivo (buses y busetas) y el masivo (sistema metro), sus proyecciones al cierre del año y las medidas implementadas. A su vez, contamos la propuesta que elevará la región al Gobierno Nacional para que considere el incremento de la ocupación del servicio público (hoy con techo en 35 %), sin incrementar el riesgo de contagio.
El transporte público colectivo del Aburrá está compuesto por una flota de 3.211 buses. Según la encuesta Origen-Destino 2018, realizada por el Área Metropolitana, cada día se movilizan 1,2 millones de personas en esta modalidad. El gremio dice que cubre 90 % de la geografía del valle con una oferta de 2.000 kilómetros de servicio.
Ahora bien, los ingresos promedio del sector en 2019 fueron de $654.409 millones. En enero y febrero de 2020 se cumplió la meta de movilización de pasajeros, pero desde marzo se sintió el sacudón por la pandemia: fue de 80 %. Abril fue el peor mes solo con 13 % de pasajeros y el rebote empezó en mayo (25 %) y siguió en junio (36 %) luego de las medidas de reactivación.
Por la volatilidad y la incertidumbre que aún persiste, el gremio estructuró tres escenarios para el segundo semestre: uno pesimista, en el que la movilización de pasajeros se mantiene en 36 %; uno moderado, con 60 % de personas transportadas; y uno optimista, con un techo de 127 %.
En el primer escenario, el desplome sería de 53 % con pérdidas por $296.358 millones. El segundo panorama traería un saldo rojo de $217.829 millones y el tercero arrojaría $6.962 millones a favor.
Juan Gonzalo Merino, director de la Asociación de Transporte Colectivo del Valle de Aburrá, dijo que el gremio ofrece un servicio público esencial que debe apoyarse ante la afectación por la pandemia. “Las proyecciones son alarmantes. Se acabaron los ahorros porque nos vale lo mismo operar llenos o vacíos. Algunas empresas aguantarán hasta septiembre y otras ya tienen carros parados. Esperamos el apoyo del Gobierno Nacional”, anotó.
Entre las propuestas que lanzó el sector se encuentran un subsidio a la demanda para los estratos 1 y 2; instrumentos económicos que alivien la sostenibilidad del gremio; que se contemplen recursos municipales para darle continuidad a la modernización de la flota; y la entrega de elementos para la desinfección de vehículos debido a la imposibilidad financiera que tienen.
El concejal Carlos Alberto Zuluaga, en sesión en el Concejo, propuso crear una mesa entre esa corporación, la administración y los transportadores para orientar acciones encaminadas a sacar a flote este sector.
La disminución de los pasajeros redunda en una merma de los ingresos del Metro. Según estimó la empresa, la reducción de viajes generadores de ingresos osciló entre 68 % y 87 % entre marzo y junio, pasando de 1.060.471 viajes pagos el último día típico laboral antes de la contingencia (13 de marzo) a 332.785 viajes pagos el pasado 10 de junio.
Con respecto al comportamiento de los ingresos, ese 13 marzo fueron de $1.621 millones. El 9 de junio las arcas solo recibieron $472 millones.
En un escenario moderado, el Metro estima un cumplimiento del 51,6 % de su presupuesto de viajes en 2020, es decir, 163 millones de 337 millones de viajes estimados. Eso en plata se traduciría, en ese mismo escenario moderado, en un cumplimiento de 53,3 %, es decir, $261.696 millones menos de lo esperado.
Andrés Mira, gerente Administrativo del Metro, expuso en el Concejo algunas medidas implementadas a raíz de este panorama financiero.
Entre ellas citó recortes y aplazamientos de egresos planificados este año por $167.349 millones, la negociación con la banca para la suspensión del servicio de la deuda, desembolso de créditos de tesorería, cupos aprobados con la banca y liberación de recursos de algunos fondos.
A mediano plazo, la empresa espera acceder a recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome), la eliminación de la contribución de solidaridad en energía, aportes dentro de los planes de desarrollo de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación (ambos socios de la empresa), y el aplazamiento del pago de parafiscales, industria y comercio y predial.
Además, la entidad está abogando para que se cree un fondo de estabilización de la tarifa para el Sistema Integrado del Valle de Aburrá. Por último, a largo plazo buscará el aplazamiento del pago de la deuda con la Nación por dos años. Cabe recordar que el compromiso asumido en 2003 fue transferirle a la Nación ingresos brutos provenientes de 10 puntos de la sobretasa municipal a la gasolina y de 40 % del impuesto departamental al tabaco. En promedio, ambos tributos suman $120.000 millones al año. Sin embargo, el recaudo tomado como referente para la deuda era de $54.286 millones, es decir, hay sobrepago de 130 %.
El 20 de abril el presidente Iván Duque dijo que los sistemas de transporte masivo “no deben ser foco de propagación” y, por lo tanto, deberán operar con protocolos estrictos y sin tener una capacidad superior a 35%”.
Llevemos esto a la práctica. Antes, sin la restricción, en un tren del metro de tres vagones se podían subir 965 pasajeros (331 en el coche central y 317 en el delantero y la misma cantidad en el trasero). Ahora, con la imposición de operar solo a 35 % de capacidad, en el mismo tren pueden ir 338 pasajeros (116 en el central y 111 en los otros dos).
Ese techo en la operación limita la recuperación y sostenibilidad del transporte público. Por eso, en conjunto con la Universidad Nacional, el Área Metropolitana, el Metro, Amazon Web Services, el Dane, el Laboratorio de Gestión de sistemas en tiempo Real y Ruta N, se ha venido gestando la iniciativa para aumentar el porcentaje de ocupación del sistema de transporte público.
El documento, según informó Carlos Cadena Gaitán, secretario de Movilidad de Medellín, en el Concejo, está listo para ser presentado al Gobierno Nacional. “Una de las posibilidades para darles oxígeno a los transportadores es justificar, con evidencia académica, el posible incremento de los porcentajes de ocupación”, justificó Cadena.
Esos porcentajes, agregó, variarían de acuerdo con el tipo de vehículo, el riesgo de contagio asociado al área de influencia de cada línea o ruta de transporte público, informes de salud en cada territorio y la duración del recorrido. El modo de transporte se identificaría con un adhesivo para que la ciudadanía sepa cuál es la restricción.
El riesgo se mediría con los colores rojo, naranja, amarillo y verde y trae porcentajes de ocupación de pasajeros sentados y de pie. Por ejemplo, para trenes y tranvías, en nivel rojo, la restricción sería de 50% para las sillas y 35 % para personas de pie. Pero, en color verde, podrían ocuparse 100% de las sillas y 84 % de personas paradas. Para buses, en nivel rojo solo se ocuparían 50% de las sillas (100 % en color verde) y 35 % del espacio restante (55% en color verde).
“Es una propuesta que, de ser aprobada, podría lograr el aumento dinámico de los porcentajes de ocupación del transporte público”, concluyó Cadena Gaitán.