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La campaña apenas empieza y los candidatos ya avizoran juego sucio
Hay preocupación porque se habla como si las elecciones fueran a ser una “batalla a sangre y fuego”.
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Las pasadas elecciones legislativas estuvieron marcadas también por denuncias de campaña sucia. En Medellín, una de las señales más visibles de esas estrategias estuvieron en las vallas publicitarias, que varios candidatos vieron destruidas repetidas veces. FOTO Julio César Herrera
07 de enero de 2023
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Aunque todavía falta más de medio año para conocer la lista definitiva de los candidatos que se medirán en las elecciones regionales de este año, desde todas las orillas políticas ya comienza a presagiarse que la lucha por el poder estará marcada por la propaganda negra y las estrategias sucias.
Como si se tratara de una tormenta que se avecina, diversos líderes políticos de Medellín dicen tener indicios de que la próxima contienda estará llena de noticias falsas, bodegas digitales, un lenguaje subido de tono y hasta problemas de seguridad.
Los reclamos vienen de todas las direcciones. Mientras desde la orilla de la oposición, por ejemplo, señalan que luego de tres años de ataques políticos provenientes del gobierno local, todo apuntaría a que en 2023 la dinámica sería la misma, otros movimientos políticos señalan que ese juego es el común denominador en todos los extremos.
El precandidato Simón Molina, quien antes era concejal opositor del Centro Democrático y ahora se alista para lanzarse por firmas con un movimiento propio, es uno de los que augura que el panorama será adverso.
“Lo que hemos visto en redes sociales últimamente en la ciudad, y no solamente alrededor de la campaña, es que a los que somos opositores al gobierno de Daniel Quintero nos hacen una persecución y un matoneo constante en las redes sociales, especialmente con las bodegas que se han denunciado”, dijo Molina.
En medio de ese panorama lleno de desconfianza, influido principalmente por las múltiples denuncias sobre el uso de la administración Quintero de ejércitos de cuentas falsas y portales de noticias de dudosa procedencia que publican contenidos falaces, el propio alcalde Quintero agitó el avispero el pasado 1 de enero, dando un mensaje de año nuevo que muchos no supieron si interpretar como una incursión en política o una intimidación.
“En 2023 defenderemos a Medellín como nunca antes. La batalla apenas comienza”, publicó el mandatario en su cuenta de Twitter.
Y como respaldando la idea de que las elecciones serán una batalla campal, Mauricio Tobón, exgerente del Idea y aliado político de Quintero, aseveró en un trino que lo que “vamos a ver es sangre”.
Dada la carga conceptual que tal afirmación representa en una ciudad donde los mismos precandidatos denuncian posibles intimidaciones de grupos armados, Tobón aclaró que se refería a un contexto nacional de seguridad.
Consultado por este diario dijo que su publicación se refería en general al panorama del país, que, a su juicio, da cuenta de una situación de seguridad deteriorada que influiría en las elecciones.
Presión ilegal
Además de Molina, otros líderes políticos como Juan David Valderrama y Luis Bernardo Vélez, cuyos nombres también suenan en la lista de posibles candidatos, coincidieron en mostrar su preocupación ante una estrategia de este tipo.
Desde otro frente, el precandidato Rodolfo Correa, que desde diciembre pasado inscribió su propio movimiento para conseguir un aval por firmas, coincidió por su parte que la campaña por venir será difícil y sostuvo que desde varias orillas se estarían impulsando estrategias desleales.
“Hay campaña sucia desde ambos extremos, porque es muy triste ver el deterioro del juego democrático en la ciudad. La guerra sucia se está practicando tanto de sectores afines al ‘quinterismo’ como ‘antiquinteristas”, aseveró, diciendo que en diciembre pasado un equipo de su campaña que recogía firmas en un barrio de la zona nororiental de la ciudad habría sido intimidado por personas que se identificaron como integrantes de grupos armados.
“En esa misma zona de la ciudad, pocos días después, obligaron a propietarios de autobuses a bajar una publicidad que teníamos instalada en los vehículos”, señaló. “Simultáneamente, por los lados del ‘antiquinterismo’, tengo información de una fuente muy fidedigna de que un candidato aliado con un portal político tienen una alianza para iniciar un proceso de desprestigio de mi nombre”, aseguró.
Pese a ser interrogado por los indicios que sustentarían esa aseveración, además de la identidad de sus presuntos perseguidores, Correa aseguró que sólo revelaría dicha información cuando comenzase esa campaña de desprestigio.
Aunque según el calendario electoral solo hasta el próximo 29 de junio iniciará el periodo de inscripción de candidatos, y un mes después iniciará la propaganda en espacios públicos, desde ya se avizora una encendida lucha por el poder.
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