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Tras siete meses de pandemia y de un deterioro innegable en la salud de los seres humanos documentado por la OMS y diferentes autoridades de salud, el Metro de Medellín inauguró en septiembre de 2020 su primer “escuchadero”: un lugar para hablar y ser escuchado que busca velar por la integridad mental de los usuarios.
La idea surgió, precisamente, “de esa necesidad de poner en el lenguaje de lo cotidiano los trastornos mentales e incentivar el valor de la vida”, explicó Adriana María Sánchez, jefa de Gestión Social del Metro de Medellín; quien además contó que la estrategia fue fruto de una alianza interinstitucional con las secretarías de Cultura, Salud y Juventud, y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Tan solo un mes después y gracias a la acogida que recibió la estrategia por parte de los usuarios, el Metro inauguró tres escuchaderos más, uno en la Aurora, otro en Popular y un último que denominaron “itinerante” pues estuvo rotando por varias estaciones cada semana. No obstante, actualmente solo están ofreciendo servicio el de San Antonio, que funciona de lunes a sábado de 8:00 a.m. a 8:00 p.m.; y uno habilitado por Comfama, que se quiso unir como privado creando un escuchadero en Niquía, el cual atiende de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. en esos mismos días.
Los demás están en pausa porque se venció la vigencia fiscal anual que los financiaba, dijo Sánchez. No obstante, se evaluará la posibilidad de volver a habilitar los que ya venían funcionando para asignarles nuevos recursos.
Para entrar el único requisito es querer hacerlo, ninguno más. Luego de eso, como contó Maria Elena Botero, psicóloga de la Secretaría de Salud de Medellín y una de las especialistas que atiende en los escuchaderos, lo que sigue es conversar. La pregunta base es ¿cómo va la vida?, que es el nombre la estrategia completa (Ver: paréntesis)
“La meta principal es restablecer el estado emocional de la persona, por ende no hacemos terapia sino que escuchamos, acompañamos y atendemos situaciones específicas brindando herramientas u orientación que le permitan a la persona a confiar de nuevo en sus propios recursos”, explicó Botero.
Sin embargo, en caso de que se identifique que la persona necesita atención en el sistema de salud, los especialistas canalizan con a la Entidades Administradoras de Planes de Beneficios y sensibilizan a la persona de la importancia de recibir esa atención.
De igual modo, si la vida de esa persona, o de otra, está en riesgo, “se activa la respectiva ruta de atención con el sistema de salud y el apoyo de un familiar. En caso de no contar con un allegado, se realiza con apoyo de la línea de 123 social”, agregó.
Además, el servicio es totalmente gratuito y sin límites de tiempo. Según la experiencia de Botero en el escuchadero de San Antonio, las personas suelen conversar entre 40 y 50 minutos; aunque todo depende, pues “si el usuario ve más personas en la fila por lo general se autorregula”, dijo.
Durante 2020 los escuchaderos recibieron a 1.024 personas para atención psicológica. Si usted lo necesita, no dude en asistir a uno de los dos centros habilitados para ese fin