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La familia de Óscar de Jesús Zea Cárdenas, el hombre de 74 años que falleció luego de terminar incinerado cerca a la glorieta de la Minorista el pasado viernes 15 de julio, rechazó este martes la versión entregada por las autoridades y sostuvo que no atentó contra su vida.
Asegurando que su ser querido no tenía un comportamiento que explicara ese escenario, John Zea Henao, sobrino y ahijado del hombre, planteó que se trataría de un ataque y pidió a las autoridades iniciar una investigación para dar con los responsables.
“Quiero dar fe como psicólogo que mi tío no tenía ningún problema psicológico, emocional, afectivo o económico. No presentaba ningún trastorno que lo pudiera conllevar a cometer ese tipo de actos”, dijo Zea Henao, en declaraciones entregadas a Noticias Telemedellín. “Mi tío salió como de costumbre a la Santa Eucaristía y nunca más regresó”, sostuvo.
Según narró el familiar, Óscar de Jesús era un líder comunitario de Prado Centro, reconocido por sus amigos y allegados como un hombre apasionado por la lectura y por servir a los demás.
“Él era una persona muy tranquila, que siempre se preocupaba por su esposa, sus hijos, sus sobrinos, sus hermanos y sus nietos. Alguien que siempre estaba atento para servirnos a los demás.
Por eso, en la familia, con el corazón fracturado, siempre lo vamos a recordar como ese ser que siempre estuvo pendiente de nosotros, que nos sirvió, que nos dio amor, que nos dio cariño”, expresó Zea Henao.
Tal como lo contó EL COLOMBIANO desde el pasado viernes 15 de julio, el fallecimiento de Óscar de Jesús Zea se produjo luego de que resultara envuelto en llamas en inmediaciones del barrio San Benito, en un paso peatonal entre la avenida De Greiff y la avenida Ferrocarril, cerca a la Plaza Minorista.
Según quedó captado en imágenes y videos aficionados, tras incinerarse hacia el mediodía de aquella fecha, varios transeúntes del lugar se acercaron al hombre e intentaron extinguir las llamas usando telas y extintores.
Minutos previos al episodio, se presume que Zea habría terminado cubierto por una sustancia inflamable, que aún no ha sido precisada o identificada por los investigadores del caso.
Pese a lograr ser auxiliado y posteriormente trasladado al Hospital San Vicente, ubicado a pocas cuadras del lugar, el adulto mayor no logró reponerse de sus heridas y falleció en el pabellón de quemados hacia las 2 de la tarde.
De acuerdo con un dictamen médico entregado por las autoridades, la víctima habría sufrido quemaduras en el 90% de su cuerpo, la mayoría de tercer grado.
Luego de los hechos, comenzaron a emerger testimonios contradictorios por cuenta de habitantes y transeúntes de la zona.
Mientras unos aseguraron que el hombre habría sido atacado en medio de un asalto, otros formularon que se trataría de una autolesión.
Esta última versión fue apoyada por la Secretaría de Seguridad de Medellín, que en un breve reporte entregado a los medios de comunicación planteó que podría tratarse de un suicido.
“(...) haciendo el control de cámaras con el incidente del habitante en condición de calle, se está verificando el caso. Es un hombre de 74 años. En este se pudo determinar en comienzo que no fue un ataque, sino que fue él mismo quién se prendió fuego, se investiga si fue intencionalmente o por accidente”, informó esa dependencia.
A raíz de esa versión, John Zea Henao, quien además se identificó como psicólogo, rechazó ese escenario.
“Con este testimonio quiero dar fe de que mi tío no tenía tampoco problemas con sustancias psicoactivas ni ningún otro tipo de cosas”, dijo Zea, quien pidió revisar las cámaras de seguridad para establecer si su tío habría sido víctima de algún ataque o asalto.