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El coronavirus requiere distanciamiento físico. Los hospitales, sobre todo, tienen el reto de mantener distancias entre pacientes cuando los sistemas están colapsados y la ocupación está en los niveles más altos (79.16% en Antioquia según el último reporte del Ministerio de Salud).
En medio de la crisis, el Hospital Pablo Tobón Uribe logró aprovechar un espacio de 900 metros cuadrados que antes utilizaba para facturación y convertirlo en una ampliación de los servicios de urgencias, ahora con 29 cubículos individuales.
Esta ampliación resulta fundamental en el momento actual en el que Antioquia continúa en su segunda alerta roja por ocupación de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en el que los principales hospitales y clínicas de Medellín, como el San Vicente Fundación, la IPS Universitaria y el Hospital General de Medellín han reportado sus salas de urgencias a topes que llegan al 200 % de su capacidad.
Aunque, como informó Jaime Andrés Giraldo, médico jefe de urgencias del Pablo Tobón Uribe, el nuevo espacio no está diseñado para atender a pacientes covid, sí “permite atender las otras patologías crónicas de pacientes que se estaban descompensando porque no habían podido ser tratados”.
Esto, a su vez, permitirá evacuar pacientes no covid que estaban siendo atendidos en los espacios destinados para esa enfermedad y que, de acuerdo con Leopoldo Giraldo, gerente para la atención de la pandemia en Antioquia, están siendo reprogramados o tratados y es lo que ha causado, en parte, las limitaciones de camas UCI.
Este nuevo espacio, que se adecuó en cinco semanas y empezó a operar el pasado 13 de octubre, permitió pasar de tener dos pacientes en cada cubículo a tener uno para mayor control sobre el contagio por covid.
Según Giraldo, la ampliación requiere más personal, entre los que se destacan ocho enfermeras profesionales, 15 auxiliares de enfermería y cinco médicos. Así, habrá en total 250 enfermeras, entre auxiliares y profesionales, y 51 médicos que cubren todas las zonas de urgencias.
Además, el 9 de octubre se hizo la dotación de los espacios con camillas, monitores de signos vitales, bombas de infusión para los medicamentos, electrocardiógrafos, computadores, entre otros.
Giraldo comentó que “urgencias está más descongestionado, no porque haya menos gente, sino porque hay más espacio”. Al día, el hospital realiza triaje a 300 pacientes en promedio, de los cuales cerca de 230 ingresan al hospital y, de esos, se hospitaliza 30 %.
La adecuación costó $1.800 millones que provienen del hospital y de donaciones de benefactores.