Concentrarse en atacar los semilleros de la mata de coca será uno de los énfasis de las Fuerzas Militares en Antioquia, luego de anunciar que se logró la meta anual de erradicación de cultivos en el departamento.
Estas metas son asignadas por el Ministerio de Defensa a la Séptima División del Ejército (y a las demás fuerzas del orden), y el pasado 7 de octubre su comandante, el general Juan Carlos Ramírez, dijo que ya la había cumplido, con 7.381 hectáreas arrancadas en su jurisdicción, compuesta por Chocó, Córdoba, Antioquia y parte de Santander.
En nuestra región fue donde mayores resultados hubo, con 4.187 hectáreas de matas arrancadas de manera manual. La tarea contó con el apoyo de la Policía, la Armada y la Fuerza Aérea, y con la participación de 15 grupos móviles de erradicación (de 23 personas cada uno), acompañados de 55 pelotones del Ejército que les brindaban seguridad.
La tarea no fue fácil. La coca en Antioquia está concentrada en el Bajo Cauca, el Norte y Urabá, bajo custodia de grupos terroristas y narcotraficantes como el Clan del Golfo, “los Caparros”, el Eln y las disidencias de los frentes 18 y 36 de las Farc.
Según datos de la Séptima División, las tres subregiones con más hectáreas erradicadas fueron Norte (1.286), Urabá (1.028) y Bajo Cauca (936).
Durante los procedimientos, una mina antipersona le quitó la vida a un soldado y otros cinco quedaron heridos en distintos sectores.
Una vez cumplida la meta ministerial, surge la pregunta: ¿y ahora qué sigue en materia de lucha contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos en la región?
Los semilleros
Según la Dirección Antinarcóticos, el objetivo de la Fuerza Pública para 2020 es eliminar 130.000 hectáreas, así: 73.810 por parte del Ejército, 53.496 para la Policía y 2.694 para la Armada.
En conversación con EL COLOMBIANO, el general Ramírez indicó que a pesar de haber alcanzado el logro en su jurisdicción, las erradicaciones manuales no pararán, con el propósito de cumplir esa meta nacional.
Una de las principales amenazas para conseguirlo es la constante resiembra, que, de acuerdo con los cálculos de las autoridades, suele presentarse dos meses después de la erradicación.’
“Indudablemente, tenemos ese fenómeno de la resiembra, por eso este año implementamos de forma más fuerte el ataque a los semilleros, para contrarrestar esa situación”, acotó el oficial.
A la fecha, el Ejército ha destruido 78 semilleros en Antioquia, con lo que se evitó la siembra de 1’002.998 plantas de coca en cerca de 82 hectáreas.
Esta estrategia se complementa con las acciones convencionales contra los otros eslabones de la cadena del narcotráfico, como el desmantelamiento de laboratorios de droga y capturas de traficantes, entre otras; al igual que con los programas sociales que apoyan a los cultivadores, para que dejen de cosechar la coca y comercialicen otros productos.