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En la cárcel de Bellavista hay segundas oportunidades

El programa de Gaviones Bellavista es realizado por 12 internos a punto de ser liberados, en un lugar que dista mucho del ambiente de reclusión.

  • Los reclusos trabajan en los gaviones como si estuvieran laborando en una empresa. Es una alternativa de aprender un oficio antes de terminar la condena. FOTOS ESNEYDER GUTIÉRREZ CARDONA.
    Los reclusos trabajan en los gaviones como si estuvieran laborando en una empresa. Es una alternativa de aprender un oficio antes de terminar la condena. FOTOS ESNEYDER GUTIÉRREZ CARDONA.

En un espacio que parece más un taller que un salón de la cárcel Bellavista, 12 privados de la libertad trabajan en la construcción de gaviones, unas mallas usadas para construcción, como parte de su proceso de resocialización.

El ingreso al programa Gaviones Bellavista es por un portón que cuenta con poca vigilancia e incluso es abierto por los internos. La seguridad es mínima, como parte de la confianza que se les está dando a los vinculados a esta iniciativa, quienes en su mayoría están cerca de recuperar la libertad.

El teniente Edwin Castrillón explicó que las personas que son vinculadas a esta iniciativa debieron cumplir con los procesos de resocialización en todas sus fases, haber pasado por los niveles de reclusión y encontrarse actualmente en mínima seguridad o en mediana con permiso de 72 horas. También deben superar la revisión psicológica.

“Este es uno de los proyectos más codiciados por las personas privadas de la libertad (PPL) porque cuentan con condiciones laborales, están en contacto con el mundo exterior y pueden obtener algunos ingresos por su trabajo, además de los beneficios otorgados por la ley por su trabajo”, explicó Divana Marcela Tobón, administradora de Gaviones Bellavista.

Estrategia exitosa

Aunque existen facilidades para acercarse al mundo exterior, los internos no aprovechan esto para fugarse, sino que toman la oportunidad y las garantías que se les ofrecen para volver a sentirse productivos.

“De más de 400 privados de la libertad que han pasado por este programa en los últimos 10 años, tan solo dos han tenido que ser retirados por inconvenientes en su comportamiento. El resto han estado acá hasta que han recobrado su libertad”, manifestó el dragoniante Franz Timarán, uno de los guardas que abandera esta estrategia.

Esto se suma a que de esta cantidad de personas que pagaron penas privativas de su libertad, solo tres han reincidido y se encuentran nuevamente tras las rejas, mientras que, según los cálculos de los abanderados de esta estrategia, el 80% ya se encuentra trabajando, bien sea de forma independiente o como empleados.

Quienes trabajan en este programa de gaviones reciben un beneficio: por cada día trabajado reciben un día de reducción en su pena. Incluso, para quienes participan, esto es considerado como un premio a su comportamiento.

Yover Morales, quien actualmente paga una pena de ocho años y ya cumplió con seis de estos, dijo que es un reconocimiento a su comportamiento y su avance en el proceso de resocialización.

“Llegué a los gaviones y ya llevo un año. Es lo mejor de todo, porque uno no se siente preso. Uno acá no tiene cabeza para pensar que está preso, sino que está en una empresa cualquiera. Ojalá toda la condena la hubiera pasado acá”, relató este interno, quien debe caminar todos los días 800 metros desde el pabellón donde se encuentra cumpliendo el final de su pena hasta esta empresa.

El ambiente de este lugar es el de cualquier industria y los 12 reclusos que trabajan allí parecen empleados, incluso en su actitud y su trato a las personas que llegan a adquirir parte de la producción. En sus rostros y forma de hablar se evidencia una satisfacción por la labor cumplida.

La comercialización

A diferencia de los demás proyectos de resocialización (ver Para saber más), los gaviones son comercializados con clientes externos, enfocados a la construcción.

“Se hace el contacto a través de las redes sociales o por medio de los contactos voz a voz, entre otras estrategias, y estos se venden. Además, con esto se busca brindar condiciones para la ley 2208 de 2022, la ley de las segundas oportunidades, con la cual se busca vincular al sector empresarial, en este caso al sector de la construcción, para que incluyan a las personas que fueron resocializadas”, manifestó Tobón.

Cuando los internos cumplen su pena y deben salir de este taller, dentro de la población carcelaria que cumple con los requisitos se inicia un proceso de selección, tal como el de las empresas, para escoger al personal, con base en su comportamiento y la confianza que puedan brindar para entregarles hasta la posibilidad de abrir la puerta.

“Con muchos de ellos se habla y se les explican los beneficios de comportarse bien y los perjuicios que tendría abrir la puerta y salir, tal como perder su lugar en el taller e incurrir en otro delito. Esto hace que ellos tomen conciencia”, manifestó el teniente Castrillón.

Más allá de las ventas que puedan obtener, ya que aseguran que este es uno de los mejores productos del mercado, la satisfacción del programa es mostrar que los internos que pasan por Gaviones Bellavista están listos para tener una segunda oportunidad

2.340
privados de la libertad redimen sus penas en los diversos programas.
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son los detenidos que participan en el programa de los gaviones.
Santiago Olivares Tobón

Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.

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