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Un guardabosques tiene que velar por el recurso hídrico, preservar la flora y la fauna, concientizar a los visitantes sobre la importancia de los ecosistemas de protección y del bosque como mitigador de ruido, capturador de partículas, regulador del clima y como reserva para el cuidado de la biodiversidad.
Así define José Fernando Gómez, ingeniero forestal, al explicar las tareas que debe cumplir una persona como él una vez acepta el compromiso de ser vigía de los bosques y ecosistemas, un concepto que engloba los componentes ambientales de un área vegetal, necesaria para el equilibrio del planeta.
“En estas zonas hay gente que no tiene buen comportamiento: marca las piedras, hace fogatas, corta especies que están en vía de extinción, demarca árboles o entra con perros a cazar animales silvestres”, apunta José Fernando, quien coordina a 33 guardabosques encargados de custodiar las áreas protegidas de Medellín.
Recalca que si bien las personas acuden a los bosques a disfrutarlos, algunos tienen malos hábitos que dejan una huella negativa que se traduce en incendios forestales, contaminación del agua, deforestación y erosión. La tarea de los guardabosques es intentar evitarlo.
Para beneficio del medio ambiente, la Gobernación y Corantioquia acaban de firmar un convenio para nombrar a 77 guardabosques que se encargarán de ejercer su labor en 12 áreas declaradas como protegidas y en 48 predios ubicados en diferentes zonas de conservación.
Deberán implementar planes de manejo y tendrán que velar porque se mantengan las condiciones naturales de los ecosistemas en los territorios asignados.
El secretario del Medio Ambiente de Antioquia, Carlos Uribe Tirado, señala que el convenio garantiza una atención integral de los bosques, “porque nuestra capacidad institucional se orienta a la atención del recurso hídrico mientras la corporación tiene una maniobrabilidad más amplia, puede llegar a otras zonas estratégicas que nosotros no podemos cubrir”.
En el convenio, el gobierno departamental aporta $499 millones y Corantioquia $616 millones, 117 de ellos en especie. El total de la inversión asciende a los $1.115 millones.
“Los guardabosques tienen sensibilidad especial por el territorio que habitan y capacidad de identificar qué está funcionando bien o mal en esos espacios estratégicos”, asegura Ana Ligia Mora, directora de Corantioquia.
Una de las tareas más difíciles de cumplir es la de evitar la deforestación, que el año pasado en Antioquia alcanzó a devastar 12.000 hectáreas, según el secretario del Medio Ambiente del departamento.
El proceso de selección de los 77 lo harán las alcaldías de los 23 municipios beneficiados con el programa y debe hacerse con criterios de inclusión social, solidaridad y equidad de género, según advirtió la directora de Corantioquia.