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Bernavento, otra equivocación del calculista de Space

Bancolombia también es víctima: vendió 6 apartamentos que le había recibido al constructor que se quebró.

  • Repotenciar Bernavento, en la Loma de los Bernal, vale $592,4 millones. FOTO julio césar herrera
    Repotenciar Bernavento, en la Loma de los Bernal, vale $592,4 millones. FOTO julio césar herrera
15 de abril de 2015
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En silencio. Así han venido manejando los 48 propietarios del edificio Bernavento el drama que para ellos significa habitar en un conjunto residencial que, a pesar de haber sido construido en 2008, tendría que ser repotenciado para que les ofrezca, a ellos y a sus familias, las características propias de un techo seguro.

Lina María Urrea Builes, una de las propietarias, es ingeniera y, en lenguaje sencillo, traduce los problemas que tiene la obra diseñada en su parte estructural por Jorge Aristizábal Ochoa. Este último es el mismo calculista de Space, la unidad residencial del sector de El Poblado, cuya torre 6 colapsó en octubre de 2013 y que, por sus fallas en las restantes etapas 1 a 5, fue demolida.

Cuenta Lina que, en Bernavento, situado en la Loma de Los Bernal, en el occidente de Medellín, algunas columnas se han hundido, o asentado, hasta 25 centímetros. Eso podría ser normal en una edificación con más de 40 años de antigüedad, pero no en una tan reciente.

Las deficiencias en las columnas generaron fisuras en las losas de parqueaderos (que atraviesan vigas y nervios), desprendimientos de fachada, grietas en muros de fachada y humedades.

Con sentido pedagógico, la ingeniera remite al caso de una persona que, al tener tal diferencia en sus piernas, el peso corporal se le recarga sobre una de sus extremidades inferiores, cojea y su estructura ósea se resiente. El multifamiliar de 18 niveles y 54 metros de altura tiene un agravante: dice Lina que las fundaciones o pilas de cimentación debían estar a 20 metros y los registros mostraban que estaban entre 14 y 15 metros de profundidad.

El fresco recuerdo del derrumbe de la torre 6 de Space prendió las alarmas en los residentes de Bernavento, quienes ese mismo año contactaron al Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres (Dagrd) para que les evaluara su edificio. Así lo hizo la entidad, que recomendó seguir con atención la evolución de los problemas y realizar un estudio urgente de vulnerabilidad sísmica o estructural, para establecer la causa de los daños y las acciones a seguir.

Carlos Alberto Gil Valencia, director del Dagrd, le confirmó a este diario que la entidad hizo una inspección y estableció que no existía un alto riesgo de que la edificación se fuera a venir al piso. Por eso no se dio la orden de evacuar la copropiedad y el asunto se pasó a Vivienda Segura, del Municipio de Medellín. Hasta ahí, dijo, llegó su intervención, porque los propietarios no volvieron a pedir visitas.

En Vivienda Segura el tema fue conocido por el hoy exgerente, Diego Restrepo Isaza, a quien, sin éxito, este diario intentó localizar. Con él se quería contrastar la versión que da Lina María Urrea Builes, en el sentido de que el funcionario “me dijo a mí y a otras personas que no nos convenía hacer el escándalo ante los medios, porque se nos desvalorizaría la propiedad. Que lo mejor era que hiciéramos el arreglo y que luego demandáramos al constructor”.

El Colombiano le consultó esa versión a Santiago Sierra Ospina, sucesor de Restrepo Isaza y quien está muy al tanto del caso de Bernavento. Esta fue su respuesta:

“La Gerencia de Vivienda Segura ha realizado acompañamiento a la situación presentada en el edificio Bernavento. El procedimiento de reforzamiento estructural, por tratarse de una relación privada, corresponde a la constructora y a los propietarios y son ellos quienes determinan la suerte de los mecanismos de solución a los inconvenientes que se presentan. La única recomendación entregada a los propietarios fue iniciar la búsqueda de soluciones técnicas y mecanismos jurídicos para proteger sus derechos”.

Sierra Ospina corroboró el bajo perfil que los moradores de Bernavento le han dado al tema, quienes consideran que, evitando el ruido, protegen su patrimonio de la desvalorización, pues tal efecto es el que le atribuyen a la repotenciación de la edificación.

No obstante, el funcionario reconoce que el asunto, aunque privado, también tiene connotaciones de responsabilidad social. ¿Qué pasa, por ejemplo, con quienes están interesados en comprar allí o en tomar en alquiler uno de estos apartamentos? ¿Tienen ellos derecho a que les pongan al tanto de los problemas que hay en fundaciones y en estructuras?

De hecho, una fuente del edificio, que pidió reserva de su nombre, advirtió que “la gente que tiene modo se fue y otros vendieron. Otros seguimos pagando los créditos de vivienda y no nos queremos marchar”.

El actual gerente de Vivienda Segura considera que el procedimiento de reforzamiento estructural ya está inventado, desde antes de la crisis generada por las obras del grupo CDO que tuvieron la firma del ingeniero Aristizábal en los diseños estructurales. En su concepto, esos reforzamientos se dan todos los días, la ley los tiene previstos jurídicamente y también hay manejo técnico para ellos. Anota el abogado que, aunque sea difícil de explicar, edificios actualizados en normas de sismorresistencia se tornan más seguros y resistentes.

Los estudios

En la búsqueda de esas soluciones técnicas a las que alude Sierra Ospina, los dueños de Bernavento recibieron, en junio de 2014, los resultados de un análisis efectuado por la firma Inge Concreto Ltda. y suscrito por los profesionales Jesús Humberto Arango Tobón y Juan Carlos Ortiz Cardona.

Entre sus hallazgos se destaca que las columnas principales no están en capacidad de resistir un sismo de diseño de la norma NSR 98, que regía a esa edificación. Las pilas no cumplen la NSR 98 en su refuerzo. Las vigas y nervaduras de las losas de entrepiso cumplen con su resistencia, pero no con su deformación y exceden los límites de las deflexiones permisibles, ocasionando fisuras y daños en los muros divisorios y de fachada. Así mismo, las derivas no pueden superar el 1 por ciento, según la NSR 98, y el edificio superaba la deriva al 1,47 por ciento.

Adicionalmente, Bernardo Vieco, de la sociedad Vieco Ingeniería de Suelos Ltda., les entregó el 17 de febrero de 2015 los resultados de la exploración, análisis y recomendaciones orientados a la evaluación patológica de las cimentaciones de Bernavento. Su conclusión es que “en nuestro concepto, se debe recimentar el edificio a la mayor brevedad posible, y hacer una evaluación estructural que tenga en cuenta las deformaciones reales existentes en la actualidad, para establecer el tipo de refuerzo que se requiere en la estructura”.

De acuerdo con los datos obtenidos por este diario, en los solos estudios para determinar el estado y rutas a seguir con Bernavento se han invertido unos 100 millones de pesos.

A los propietarios aún les falta hacer un esfuerzo mayor. El 27 de marzo de 2015, el ingeniero Jesús Humberto Arango Tobón les pasó un presupuesto de 592,4 millones de pesos por concepto de costos de repotenciación de la estructura de Bernavento hasta el piso 6.

El taxímetro no para allí, porque, como dice el experto, el costo no incluye lo que los dueños de la copropiedad tendrán que pagar por reparaciones arquitectónicas, como recorte de ventanas, de mesones de baño, de closets, arreglos de pisos, enchapes de fachadas, resane y pinturas.

El caso del banco

Lina María Urrea Builes y su familia tienen una situación peculiar, pues su apartamento no se lo compraron a la sociedad promotora, sino a Bancolombia, entidad que, a su turno, les recibió como parte de pago a los edificadores seis apartamentos en Bernavento.

En la tienda virtual del banco vio uno de esos inmuebles, le gustó y cerró el negocio en 2010. Ella argumenta que el establecimiento financiero sabía de los problemas del edificio desde el comienzo, porque se presentaron asentamientos diferenciales. Por ello pide a Bancolombia que le den una compensación en dinero, que la reubiquen en otro apartamento con condiciones similares a las pactadas en la compraventa o que le devuelvan su dinero.

En sus cartas al banquero, la propietaria habla de temor, alerta y desespero, “al no saber cuándo tengamos que evacuar el edificio para salvar nuestras vidas y las de nuestros hijos por el miedo a que esta edificación se venga al suelo”.

Su interés, también declarado por escrito, no es obtener un beneficio económico: “lo que estamos buscando es un acuerdo justo que nos permita vivir con tranquilidad, sin que esté en riesgo la vida de nuestra familia”.

Consultado sobre el tema, Bancolombia destacó que, al igual que los propietarios de Bernavento, está en una condición de víctima, pues recibió de un constructor que se quebró seis apartamentos que ahora están afectados por la misma problemática.

La entidad precisó que cuando aceptó esos activos no sospechaba que tuvieran problemas y que Jorge Aristizábal Ochoa era por entonces un calculista reconocido. Además, los bienes se vendieron con un atractivo descuento. El banco reportó que está pendiente del asunto y, concretamente, a la espera de los estudios definitivos sobre la situación real de la edificación, así como del presupuesto final de las reparaciones.

“El Bancolombia no ha cerrado ninguna puerta”, concluyó una fuente autorizada de la entidad. financiera

48
apartamentos tiene el edificio Bernavento.
$100
millones en estudios han gastado los propietarios.
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