El 16 de diciembre EPM y Consorcio CCCI (Camargo Correa, Coninsa Ramón H y Conconcreto) dieron a conocer –después de los dardos que durante más de un año envío el alcalde Daniel Quintero– la última prórroga del contrato para la construcción de Hidroituango: serían once meses, los tres últimos de empalme con el que fuera elegido en reemplazo. Hoy todo parece embolatado.
Se suponía que a estas alturas del año ya EPM habría asignado la licitación, pero el proceso está tan retrasado que aún no hay empresas subidas en ese barco.
El pasado 23 de junio EPM anunció que extendía la licitación hasta el 27 de julio para responder las preguntas de las 10 firmas que compraron el derecho para participar de la misma. Y cuando parecía que todo tenía fecha, EPM avisó que extendía el plazo de nuevo, esta vez hasta el 17 de agosto.
Como van las cosas, no habrá empresa ganadora de la licitación para el primero de septiembre, cuando el Consorcio CCCI deberá alistar todo para el proceso de empalme. Hay que decir en este punto que el contrato dice que en esos tres meses finales CCCI deberá realizar las obras que le señale EPM, y de hecho tiene bastantes tareas por delante.
Hay que recordar que las empresas que compraron los derechos para participar –lo que no quiere decir que se suban a ofertar– son: Yellow River Co Ltd., Schrader Camargo Ingenieros Asociados, Ingema S.A., Mincivil S.A., Termotécnica Coindustrial S.A.S., Sinohydro Bureau & Co Ltd Sucursal Colombia, Civilec Ltd, Coninsa Ramón H. S.A., Serviminas S.A.S. y 4 Towers S.A.S.
Una de las grandes dudas que tienen estas empresas es quién asumiría la búsqueda del seguro de la obra, pues en este momento Hidroituango es un riesgo para la mayoría después del fallo de la Contraloría en contra de Mapfre.
Por otro lado, se trata de una obra muy avanzada, solo conocida por los obreros que durante 10 años han estado al interior de las cavernas. La incertidumbre crece y EPM tiene la promesa de empezar a generar desde octubre