En la más reciente medición del Índice de Desarrollo Humano –efectuado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y que mide temas como economía, salud y educación– Antioquia se situó en el nivel alto, pasando de 0.684 a 0.722 puntos de la medición. Esto le permitió al departamento pasar del puesto 10° obtenido en la misma medición de 2011 al 7° en el más reciente escalafón hecho en 2022.
Según se detalló en el último informe que se hizo público en la universidad Eafit, Antioquia alcanzó un aseguramiento universal del 99% de su población en salud. Mientras que la esperanza de vida pasó de 72, 8 años en 2011 a 77,3 en 2022.
En materia educativa Antioquia tiene como años esperados de escolaridad un promedio 10, en el resto del país, la media es de 9 para 2022. Sin embargo, al observar el promedio de años de educación en Antioquia, este ronda los 8,3, comparado con los 8,4 que hay en el país.
De otro lado, en materia económica, el ingreso per cápita del departamento aumentó un 11,6% desde 2011, mientras que el de la nación fue de apenas 5,2%. Es decir que el incremento en Antioquia casi duplicó al de Colombia.
Así mismo, la reducción de la pobreza monetaria en Antioquia llegó al 28,8%, lo que ocupa al departamento como el sexto en este término. Aún así el PNUD advirtió que pese a la cifra aún hay en la región 1,9 millones de personas en situación de pobreza.
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Finalmente –como es obvio en todo el país y el resto del mundo– la pandemia causó un rezago en las metas y resultados de desarrollo trazados. Sin embargo, cabe mencionar que mientras al resto del país sufrió un retroceso de ocho años en sus cifras de desarrollo, en Antioquia según el PNUD dicho rezago fue de apenas 2,4 años.
Gracias a estos resultados, Antioquia ocupó la séptima posición en el índice IDH nacional. En el ranking aparecen ocupando los primeros lugares Bogotá, Santander, Cundinamarca, Boyacá, San Andrés y Providencia, y el Meta.
El departamento se “raja” en aspectos como territorios con ausencia del conflicto armado, capacidad institucional en todas sus zonas e integridad ecosistémica.
Dichas conclusiones confirman lo que sucede en las subregiones más allá del Aburrá donde la guerra, la deforestación y la ausencia de instituciones fuertes causan rezagos en el desarrollo de los territorios rurales.
Para el Economista jefe de PNUD, Jaime Urrego, Antioquia no sólo cuenta con todo el potencial y oportunidades para seguir impulsando el desarrollo humano, sino que su apuesta por lograr la paz territorial se convierte en una condición indispensable para revertir la divergencia y las desigualdades, así como para ampliar las oportunidades y mejorar el bienestar de las personas.
Por su parte Mónica Ospina, directora Antioquia Cómo Vamos, señala que si bien Antioquia aparece con un Índice de Desarrollo Humano alto “ hay muchas subregiones y municipios que no están en las mismas condiciones. Como departamento nos podemos ver en promedio bien, pero cuando desagregamos vemos dónde están las urgencias. Por eso la importancia de aterrizar esas realidades a los territorios y llamar a los gobiernos a priorizar allí las inversiones”.
De otro lado, Adolfo Eslava Gómez, director de EAFIT Social, destacó que el informe asegura que la confianza –una dimensión socavada por décadas de conflicto– es elemental para acelerar el desarrollo humano.
Finalmente, el Director de Planeación de Antioquia, Manuel Naranjo, indicó que en concordancia con los resultados del Informe, la Gobernación está comprometida con la autonomía y el desarrollo regional, motivo por el cual ha priorizado intervenciones que propendan por el desarrollo en los municipios.
“Se están conformando redes territoriales para favorecer la planificación y ejecución conjunta de proyectos de desarrollo que permitan desconcentrar la prestación de servicios de salud, educación y asistencia técnica a pequeños y medianos productores, transformando el territorio y las condiciones de vida de sus habitantes”, apuntó.
En el siglo XXI ha habido una mejora significativa en el nivel de desarrollo humano En Colombia. Los años promedio de escolaridad aumentaron de 7,5 en 2011 a 8,9 en 2021, y los años esperados de escolaridad aumentaron de 14 en 2011 a 14,4 en 2021.
De manera similar, la esperanza de vida al nacer ha experimentado un incremento positivo y sostenido, mientras que el ingreso ha aumentado en un 20% en el mismo periodo. Por esto, el país tiene su medición del IDH en 7.07 puntos.
Sin embargo, el PNUD llamó la atención sobre la marcada diferencia entre las regiones “desarrolladas” del país y las menos desarrolladas. De hecho, la diferencia entre el departamento con mayor IDH con el de menor es de 0,25 puntos. Algo bastante alto teniendo en cuenta que entre las provincias de Argentina medidas la diferencia es de apenas de 0,076 puntos.