El 13 de marzo de 2013, el argentino Jorge Mario Bergoglio salió por primera vez, completamente vestido de blanco, al balcón de la Basílica de San Pedro. Ante el anuncio de Habemus Papam, el entonces cardenal se convirtió en el papa 266 de la Iglesia Católica y en el primer latinoamericano en ocupar esa posición.
Este año se celebra el duodécimo aniversario del cónclave en el que el Sumo Pontífice resultó electo, justo cuando en las últimas semanas, el mundo ha estado en vilo debido al estado de salud del papa Francisco.
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Desde el pasado 14 de febrero se encuentra internado en el Hospital Gemelli en Roma, Italia, a causa de una bronquitis que terminó conviertiéndose en una neumonía. A pesar de que el papa llegó a encontrarse en un estado grave, los últimos partes del Vaticano sobre su salud han indicado una mejoría: esta semana, su pronóstico médico dejó ser reservado, pero deberá permanecer hospitalizado durante algunos días más.
Durante los doce años de liderazgo del papa Francisco, diferentes acontecimientos políticos y sociales han impactado al mundo. Pero, a la par que hechos como la pandemia por Covid-19 han transformado la contemporaneidad, el Pontífice también ha promovido cambios al interior del catolicismo que han sido interpretados como un “nuevo aire” para la fe.
Estas son las principales transformaciones que han ocurrido al interior de la Iglesia Católica durante el pontificado del papa Francisco:
1. Su llegada, un cambio de liderazgo
La llegada del papa Francisco a la Iglesia Católica no se dio en condiciones habituales. El cónclave en el que resultó electo fue producto de la renuncia del papa Benedicto XVI, quien hizo pública su decisión el 11 de febrero de 2013, con lo que se convirtió en el primer Pontífice en dimitir al cargo luego de 598 años.
La renuncia de Joseph Ratzinger, nombre secular de Benedicto, llegó en un momento en el que la Iglesia era objeto de críticas debido a múltiples escándalos. Uno de ellos fue los Vatileaks, la filtración de miles de documentos secretos en los que se exponía la existencia de varios casos de corrupción al interior de la Santa Sede. A esto se le suma la oleada de denuncias por abuso sexual de menores y las deficiencias de la Iglesia a la hora de atender y sancionar estos casos.
En ese orden de ideas, el entonces cardenal Bergoglio llega al liderazgo del catolicismo en un contexto complejo. Wilmar Roldán Solano, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana, explica que “en ese momento álgido tuvieron que tomar una decisión para elegir un papa que pudiera reducir las tensiones y, al tiempo, renovar la imagen de la Iglesia”.
El papa Francisco tiene un perfil diferente al de sus predecesores, especialmente al de Benedicto XVI. Ratzinger, quien fue papa durante siete años, era un prestigioso teólogo, quien desde la década de los cincuenta comenzó a ganar reconocimiento por su labor académica. Por otra parte, el argentino Bergoglio se hizo conocido en su país natal por trabajo cercano con los fieles católicos de las villas de Buenos Aires, los barrios marginales de la capital sudamericana. Estos antecedentes marcaron una diferencia en cuanto al nuevo liderazgo que en estos doce años de pontificado ha promovido el papa Francisco.
“Una de las inquietudes que habían al inicio es que, si bien hubo una continuidad en el servicio apostólico, las diferencias entre ambos eran evidentes en el estilo, la experiencia, la formación en comparación con los dos pontífices anteriores”, explica el padre Diego Uribe, docente de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Este cambio de liderazgo se ha dado, en parte, por la trayectoria del papa Francisco y por su determinación de promover una “Iglesia de puertas abiertas”.
2. La transformación de la curia romana
La Curia Romana está conformada por diferentes instituciones que contribuyen a la labor del papa. Es, algo así, como un gobierno, debido a su estructura administrativa.
Desde su elección como líder del catolicismo, el papa Francisco estableció como uno de sus objetivos reducir la burocracia existente al interior del Vaticano. Estas intenciones tomaron forma en 2022, cuando promulgó el Praedicate evangelium, una constitución apostólica con la que reformó las competencias y tareas de la Curia Romana.
Una de las transformaciones clave que introdujo la nueva regla fue la modificación de los dicasterios de la Curia, los cuales son organismos especializados en determinados temas, similares a los ministerios en los gobiernos tradicionales. El papa Francisco introdujo dos nuevos dicasterios a la estructura del “gobierno” católico: para la Cultura y la Educación; y para los Laicos, la Familia y la Vida.
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Roldán explica que los efectos de esta reforma son el “hecho de comenzar a abrir nuevas posiciones dentro del Vaticano y darle un mayor reconocimiento a la mujer, a los laicos y a los jóvenes”.
Por ejemplo, en 2022, el papa nombró a tres mujeres como subsecretarias del Dicasterio para los Obispos, el encargado de asesorar en la elección de nuevos obispos diocesanos. Y en enero de este año, el Pontífice anunció que, por primera vez, una mujer será la prefecta de una de estas instituciones de la Santa Sede. Se trata de la monja Simon Brambilla, quien es una de las líderes del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
A pesar de que una de las apuestas del papa ha sido integrar a más mujeres a posiciones de liderazgo en la Iglesia, asuntos como la ordenación femenina aún causan críticas y desacuerdos al interior del catolicismo.
3. Un modelo financiero transparente
Una de las instituciones del catolicismo que quedó expuesta tras los Vatileaks fue el Banco Vaticano. Esta entidad, creada en 1942 para administrar los fondos producto de actividades benéficas y religiosas, fue señalada e investigada por lavado de dinero.
Como respuesta al escándalo de 2012, en el primer año de pontificado del papa Francisco, el Banco bloqueó más de 2.000 cuentas y finalizó más de 3.000 relaciones con clientes como parte de un proceso de limpieza. Esto dio paso a una reestructuración de la entidad, que tomó forma en 2014 con la designación de un consultor para la reorganización de las finanzas vaticanas y, posteriormente, con la decisión de que el Banco continuaría operando “con prudencia” y a favor de la Iglesia. “El manejo de instituciones tan complejas implica actualizar modelos y procesos, y generar nuevos mecanismos más alineados con los tiempos de ahora”, opina el padre Uribe.
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En los últimos años otros escándalos financieros han ocurrido, pero el papa Francisco ha generado soluciones con el fin de hacer cada vez más transparentes las finanzas vaticanas. En 2020 salió a la luz un caso de corrupción por 244 millones de dólares con uno de los edificios del Vaticano en Londres. Esto hizo que el papa sometiera a revisión la Secretaría de Estado, el organismo más importante en temas administrativos de la Santa Sede.
4. Una iglesia más abierta
El Sínodo de los Obispos se celebra desde 1965, y es una institución consultada por el papa cuando necesita del consejo del episcopado. A pesar de que esta es una tradición que cuenta con décadas de historia en el catolicismo, el papa Francisco hizo una renovación en su celebración.
En 2021 comenzó la convocatoria para el Sínodo de la Sinodalidad, un espacio de cuatro años que tenía como objetivo reflexionar de manera profunda sobre el estado actual de la Iglesia Católica. La novedad de este encuentro, compuesto por múltiples asambleas realizadas en estos últimos años, es que por primera vez en la historia de los Sínodos mujeres y laicos contaron con voz y voto.
La idea del argentino era transformar la metodología del Sínodo. Por eso, este inició con una fase de reflexión general en 2021; luego con una etapa de trabajo en parroquias hasta 2022 y después con una fase de conferencias episcopales hasta marzo de 2023.
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Una de las costumbres de la realización de estos encuentros es que, al final, el papa redacta un documento donde recoge las claves del Sínodo. En esta ocasión, como muestra del deseo de una Iglesia para todos, los participantes del evento fueron quienes realizaron dicho texto.
“La decisión de abrir el Sínodo fue muy criticada al interior de la Iglesia porque para muchos era un contrasentido. Sin embargo, el papa ha asegurado que lo que no tiene sentido es que hayan perdido el horizonte de la sinodalidad, cuando ese el ADN, una de las maneras de ser del catolicismo”, explica el teológo Roldán.
5. La ecología y otros temas claves
El 18 de junio de 2015, el papa Francisco publicó Laudato si, una de sus encíclicas más reconocidas. Allí habla sobre el cuidado del medio ambiente y lanza la propuesta sobre una “ecología integral” ante el adverso panorama que plantea la crisis climática. Esta fue considerada como un hito, ya que planteó de manera directa las conexiones entre ciencia y catolicismo, y como estas podrían resultar beneficiosas para el cuidado de la Tierra común.
Otros asuntos que marcan la diferencia entre el actual papa y sus predecesores es su posición respecto a los casos de abuso sexual al interior de la Iglesia. En 2021, el Pontífice introdujo una reforma en el derecho canónico que modificó la definición de abuso sexual para así hacer frente a estas denuncias. Por ejemplo, se estableció un nuevo mecanismo para evaluar los casos con el objetivo de que estos no se queden ni en el silencio y tampoco en la impunidad, ya que ahí se establece que aquel servidor que sea negligente estaría incumpliendo con sus funciones.
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Una reforma relevante realizada en los primeros años del liderazgo del papa fue aquella relacionada con la anulación del matrimonio. Antes eran necesarias dos sentencias para decretar la nulidad, pero desde que entró en regla este cambio, solo una es necesaria para hacer de este un trámite más simple y rápido. No obstante, el Pontífice sigue sosteniendo la característica de indisolubilidad de este sacramento.
Roldán y Uribe coinciden en que uno de los aciertos de este pontificado es la apertura a comunicar la obra de la Iglesia. Sin embargo, el teólogo considera que se deberían reforzar las estrategias de comunicación “para que su acción social llegue a todo el mundo” por medio de formatos y lenguajes actualizados al contexto tecnológico actual.
La condición de salud actual del papa ha hecho que el mundo comience a pensar sobre su legado y los retos para mantener los cambios que ha traído a la Iglesia. Para Roldán uno de los desafíos este pontificado es pensar en “cómo mantener la conciencia sobre la ecología integral y el desarrollo humano solidario y sostenible”.
Pero tal vez el más grande de estos retos es que la Iglesia no entre en un “congelador” que detenga reformas del mismo talante que las realizadas por el papa Francisco. Sin embargo, esto solo podrá saberse en el caso de que se presente un nuevo cónclave.
