Cada región tiene su cultura de panificación. Son el agua, la levadura y la sal, los ingredientes que por miles de años le han dado origen a esa base madre, que se enriquece según los gustos de los comensales y la época del año. En unos países se les adiciona más azúcar y huevos, en otras un poco más de mantequilla y quizás frutos secos. Durante los meses fríos es un alimento cotidiano, que se degusta sobre todo al desayuno.
En Navidad, sin embargo, los panes dulces se abren su propio espacio en las reposterías del mundo. Están el panetonne de Italia, el stollen de Alemania y la rosca de Reyes de España y Francia. Los tres convergen en largos tiempos de fermentación, un paso clave para un original sabor, la posibilidad de añadir frutas frescas cristalizadas y la adición de sabores festivos como almendras y uvas pasas. Se sirven en la Nochebuena y el Día de los Reyes Magos, describen las tradiciones, se comparten en familia y se disfrutan al final de la cena como un postre. En otras celebraciones también se les da un lugar especial en la mesa por su versatilidad de convertirse en un alimento festivo, nutritivo y, a su vez, un alimento especial que nutre el espíritu navideño. Un clásico en esta época.
Panetone
Típico de la ciudad de Milán, Italia, este postre relleno de pasas y frutas confitadas, tiene textura esponjosa, forma de cúpula y una altura de unos 12 a 15 centímentros. Se sirve en rebanadas verticales y se acompaña, generalmente, de chocolate caliente o vinos dulces. Perú y Brasil son los países suramericanos que más lo consumen independientemente de la época del año.
Rosca de Reyes
El día en que los Reyes Magos conocen al Niño Jesús se le conoce como la Epifanía, encuentro que simboliza la Rosca de Reyes. Las frutas secas y cristalizadas evocan las coronas de los Reyes. Lleva, además ralladura de cáscara de naranja y limón, azúcar pulverizada y almendras.
Stollen
El nombre verdadero de este pan es Christstollen, que significa el Pan de Cristo, conmemorando la llegada del Niño Jesús. Por esta razón tiene la forma de un bebé envuelto en pañales (como se representa al niño en el pesebre). Viene con frutas, pasas, almendras o nueces en su interior y además está relleno de mazapán típico de Alemania. Se puede comer caliente, frío y hasta tostado.
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