La alerta contra los ultraprocesados, aquellos alimentos fabricados de manera industrial y con diversos aditivos que son perjudiciales para la salud, sigue creciendo. Este miércoles, la revista especializada. La Lancet publicó una serie de tres artículos que evidencian el aumento de estos productos a nivel mundial y cómo su consumo está asociado con la aparición de numerosas enfermedades no transmisibles.
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Para estas revisiones, lo que hicieron los 43 expertos que en ella participaron fue analizar y comparar los datos de 36 países. Aunque el incremento en el consumo de ultraprocesados es un fenómeno global, este se ha dado de formas diferentes. Entre 2007 y 2022, en los países de ingresos medio-altos, el aumento fue de casi el 20%, y en los de ingresos medio-bajos fue del 40%. Solo en las regiones con ingresos más altos como Norteamérica, Suroeste de Oceanía y Europa Occidental, se produjo un ligero descenso.
Estas cifras son preocupantes debido a los efectos comprobados científicamente que estos alimentos tienen en la salud. Los ultraprocesados se caracterizan por estar elaborados con aceites, almidones y proteínas. que terminan convirtiéndolos en productos de muy bajo valor nutricional, pero atractivos, de buen sabor y de larga duración.
Según una reciente publicación de La Lancet, estos alimentos son uno de los motores clave de la creciente carga global de múltiples enfermedades crónicas relacionadas con la dieta. Más de 100 estudios analizados para esta investigación mostraron que los altos niveles de consumo de este tipo de alimentos se asocian con un mayor riesgo de más de una docena de patologías, entre ellasla obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión, las enfermedades cerebrovasculares e incluso la depresión.
Pero, a pesar de sus riesgos —que en muchos países se advierten en el etiquetado frontal, por ejemplo—, ¿por qué las personas los consumen en grandes cantidades? Según los expertos, esto se debe, por un lado, a su conveniencia: duran más y pueden consumirse en cualquier lugar; y, por otro, a sus altos componentes químicos ya su carácter potencialmente adictivo.
A la publicación de estos tres artículos se sumó una carta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y una declaración de Unicef. Las dos entidades internacionales calificaron a los alimentos ultraprocesados como una de las grandes amenazas para la salud humana del siglo XXI. “El creciente consumo de alimentos ultraprocesados representa una amenaza sistémica para la salud pública, la equidad y la sostenibilidad ambiental”, aseguró la OMS, quien indicó que en 2024, más de 600 millones de personas no podrían permitirse una dieta saludable compuesta por frutas, verduras, proteínas y carbohidratos de buena calidad.
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Además de denunciar las consecuencias de su consumo,los investigadores también cuestionaron el modelo de negocio de las compañíasque están detrás de estas recetas multimillonarias, pero perjudiciales. “La actividad política corporativa de la industria es la barrera más importante para la implementación de políticas públicas efectivas destinadas a reducir los daños relacionados con estos alimentos, lo que refleja el manual de estrategias utilizado por las industrias del tabaco, el alcohol y los combustibles fósiles”, estas últimas reconocidas por haber manipulado la evidencia sobre sus efectos mediante campañas de marketing y estrategias políticas.
En esa línea, el consumo de estos alimentos no depende únicamente de las decisiones individuales, sino que requiere de medidas colectivas y gubernamentales para enfrentarlo. Así lo plantea el estudio, que pide políticas coordinadas a nivel mundial y exhorta a los grandes conglomerados a comenzar a priorizar la salud por encima del lucro.