La leche materna es un superalimento digno de esta etiqueta. Esto dicen varios investigadores desde hace varios años. Uno de ellos es Bruce German, director del Instituto para la alimentación saludable de la Universidad de California. No obstante más recientemente otros autores también llaman la atención sobre el vínculo cercano y su importancia que está casi al mismo nivel que la de alimentar al bebé con leche de la madre.
Esta leche es más que solo comida: contiene anticuerpos y enzimas que combaten los gérmenes y ayudan a los bebés a crecer. Investigaciones como la publicada en 2002 en la revista Cochrane Library demostró que los bebés amamantados tienen menos infecciones en el pecho, y otra de estas publicada en la revista Pedriatrics en febrero de 2006, encontró que también disminuye infecciones en el intestino en sus primeros meses de vida.
Otros trabajos como el compilado por la Organización Mundial de la Salud en un documento de 42 páginas publicado en 2007 enunció los beneficios que se dan a largo plazo sobre la inteligencia y las condiciones como la obesidad, el asma y el eccema.