La juventud y la adolescencia suelen considerarse como las épocas más saludables de la vida, donde el ser superó los riesgos que implica la infancia, y el cuerpo todavía no sufre las dolencias que aquejan a la adultez.
Sin embargo, esta población de jóvenes (la más grande en los países en vía de desarrollo en la historia reciente: mil millones según cifras del 2008 de las Naciones Unidas) sufre cada vez más enfermedades y problemas relacionadas con el envejecimiento y los estilos de vida sedentarios.
Así lo señala un estudio reciente realizado por diferentes universidades, centros de investigación, ministerios y departamentos de salud del mundo y coordinado por el Instituto para la Evaluación y las Métricas de Salud (Ihme por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos.
En él, los investigadores examinaron las causas de muerte, enfermedad y factores de riesgo de los jóvenes entre 10 y 24 años de 188 países, y analizaron tanto los retos que la salud en esta población enfrenta, como la carga que estas enfermedades significan en el presente y el futuro de la juventud.
Al hablar con EL COLOMBIANO, Ali Mokdad, profesor de salud global del Ihme y uno de los autores del estudio, explica que la preocupación por la salud de esta población suele ser un asunto descuidado por las naciones, a pesar de ser urgente para, entre otros, su desarrollo económico.
“Por una parte, este es el momento de la vida donde se desarrollan buenos o malos hábitos como fumar o practicar algún deporte, y donde si intercedemos adecuadamente podremos lograr un estilo de vida saludable que se llevará a lo largo de la vida”, explica.
“Asimismo”, dice, “los retos de salud pública son diferentes a otras edades por temas como la presión de grupo, el alcohol, las drogas o el sexo, y estos son asuntos que pueden afectar la vida y la salud desde este momento y a largo plazo”.
El médico internista y especialista en medicina interna Jorge Mario Villa dijo sobre la investigación que es “un estudio retrospectivo, que analiza datos de años pasados, y sirve para evaluar y llamar la atención sobre los asuntos que mencionan”.
Algunos de los hallazgos del análisis (ver tabla) llaman la atención por la singularidad de sus cifras. Por ejemplo, los investigadores hallaron que, en el 2013, las principales causas de muerte a nivel mundial entre los 10 y 14 años de edad fueron el VIH/Sida, los accidentes de tránsito y el ahogamiento, con un 25.2 % de los casos en total.
Sorprende que, en ese grupo de edad de 10 a 14 años, la incidencia de una enfermedad como el VIH/Sida sea tal, 10.4 %, y que esta causa de muerte haya subido en el escalafón a través de los años, donde en 1990 no aparecía entre las primeras diez y en 2005 ocupó la tercera posición.
Al respecto, Mokdad explica que hay muchos factores relacionados con el tema. Sumado al aumento del sexo sin protección en este grupo de edad está la dificultad para acceder a la medicación, sobre todo en pacientes donde la enfermedad fue transmitida por su madre.
También está el tema de la pérdida de salud en los jóvenes, que el estudio define como años de vida ajustados en función de la discapacidad, o “Avad”.
En estos resultados, por ejemplo, unas de las principales causas de pérdida de salud entre los jóvenes de 15 a 19 y 20 a 24 años en 2013 fueron los desórdenes depresivos, con el 5.6 % de los casos en ambos grupos de edad.
Que esta causa haya escalado a través de los años analizados puede evidenciar que “en la actualidad es algo a lo que le prestamos más atención, no como en otras épocas, donde creíamos que era algo impresentable”, según dice Isabel Cristina Bernal, magíster en terapia familiar y de pareja y coordinadora de asistencia en el Centro de familia de la UPB.
“La adolescencia es un período de transición, y en este momento sabemos que ninguna etapa de la vida es ajena a una depresión”, añade.