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Por vanesa de la cruz pavas
El ratopín rasurado, también llamado rata topo calva, es todo lo que un roedor no debería ser y, aún así, está en esa categoría. Un roedor no tiene la sangre fría, pero este sí. Un roedor vive entre dos y tres años, este vive hasta los 30. Un roedor no convive en estructuras sociales como las abejas o las hormigas, este sí. Un roedor, casi siempre, tiene pelo, este es calvo. No es ni rata ni topo, aunque así le digan, es única en su especie y de la familia Bathyergidae.
Y aunque es roedor, parece más un superhéroe, un ser excepcional. Tiene características que ningún otro animal posee y está siendo una pieza clave para la ciencia, un objeto de investigación para los desarrollos futuros de la medicina. Por mencionar algunas, es inmune a ciertos tipos de cáncer, no siente dolor, pareciera tener el secreto de la eterna juventud y recientemente se descubrió que puede vivir hasta 18 minutos sin oxígeno. Mejor dicho, no parece de este planeta y será muy importante para la ciencia.
Lo único en contra de este animal es su apariencia, porque es poco agraciado, y en algunos lugares de África se le considera una plaga debido a que solo come raíces y tubérculos, dañando los cultivos. Habita, sobre todo, bajo los suelos de Etiopía, Kenia y Somalia.
Unas de ellas, por ejemplo, son las trabajadoras que diseñan y fabrican los túneles subterráneos con zonas comunes. Esas tienen incisivos más grandes. Otras son las encargadas de buscar la comida o los sirvientes, que atienden a la reina y, finalmente, están las soldados, quienes protegen los túneles de las agresiones externas, como de zorros y águilas.
La reina, por su parte, tiene vértebras especializadas que la hacen más grande que el resto de las hembras, pues se alarga en la parte inferior de la espina dorsal tras la primera o segunda gestación. Se cree, además, que el contacto con la orina de la reina es lo que mantiene a las otras estériles hasta que esta muere y las demás luchan para ser sucesoras.
Los expertos lo confirman poniendo grabaciones de sonidos de colonias natales y de otras extranjeras y notaron que la rata topo solo respondía al de su propia colonia, en los demás casos permanecía en silencio. Pueden, además, aprender otros dialectos si se crían en otra diferente a la de su nacimiento porque, más que genética, es una transmisión “cultural”.
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Periodista de la UPB. Amante de las historias y de las culturas. Estoy aprendiendo a escuchar y a escribir.