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Después de decir “no más restricciones ante el covid”, ¿cómo va Sudáfrica?

A mediados del año pasado eliminaron medidas como el aislamiento y el rastreo de contactos. Su experiencia aún es observada con cautela.

  • Cada país debe tomar decisiones frente al covid según su contexto particular. En Sudáfrica van así: los nuevos contagios ya se mantienen constantes, pero va en aumento la tasa de letalidad. FOTO GETTY.
    Cada país debe tomar decisiones frente al covid según su contexto particular. En Sudáfrica van así: los nuevos contagios ya se mantienen constantes, pero va en aumento la tasa de letalidad. FOTO GETTY.
11 de febrero de 2022
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Ha pasado un poco más de un mes desde que Sudáfrica eliminó por completo las medidas restrictivas con las que el mundo sigue tratando de controlar la pandemia. Cuarentenas, rastreos de contactos, aislamiento selectivo y pruebas de diagnóstico masivo quedaron reservadas para casos puntuales: si hay síntomas gripales graves o un brote comunitario.

De resto, las personas no vacunadas e incluso las asintomáticas (positivas para covid, pero sin sintomatología) pueden transitar y compartir el espacio público sin limitaciones impuestas por el Gobierno. Por ahora, solo las mascarillas siguen siendo sugeridas en los sitios cerrados o con poca ventilación.

Hasta el 23 de enero de 2022, exactamente un mes después de suprimidas las restricciones, la tendencia en las cifras de contagios y muertes se mantenía favorable. No obstante, desde entonces y hasta la fecha, el panorama ha cambiado: la tasa de letalidad viene en aumento.

¿Un precio muy alto?

Analizar las variables estadísticas alrededor del covid-19 es una tarea espinosa, afirman los expertos, pues se trata de datos generales que, al abordarse de forma detallada (por sexo, edad o condición social) arrojan conclusiones distintas.

Tan difíciles pueden ser los caminos que, Natalie Decano, bioestadista de la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia, en un artículo publicado hace tres días en la Revista Nature, plantea una nueva forma de vigilancia epidemiológica: a través del muestreo aleatorio, realizando pruebas al azar, imitando en promedio las características de la población general. Por lo pronto, lo aquí reseñado debe entenderse como una observación amplia y general del panorama actual, no como determinantes absolutos.

Cuando tomaron la decisión de eliminar las prohibiciones en Sudáfrica (el 23 de diciembre), el país estaba saliendo de su cuarto pico de contagios (causado por ómicron), el más alto que ha tenido hasta la fecha. Pese a esto, la tasa de letalidad (el porcentaje de los positivos que moría), que tuvo su pico más alto a mediados de noviembre (con un 9,5 %), se mantuvo estable y con tendencia a la baja: entre un 0,55 y un 0,60 %.

Este puede ser un escenario deseable, por lo menos entre los países que han adoptado la perspectiva de mitigación y no de eliminación del SARS-CoV-2 como China (ver Para saber más).

Sin embargo, el médico epidemiólogo Óscar Eduardo Gómez explica que estas cifras no garantizan que las decisiones tomadas por el Gobierno sudafricano hayan sido acertadas. “Lo que vemos en los datos es un pico que coincide temporalmente con la emergencia de ómicron, que estuvo relacionada, a su vez, con una relativa confianza a raíz de lo que se sabe sobre esta variante hasta ahora: alta contagiosidad y menos letalidad”.

En ese sentido y a modo de contraste, la epidemióloga y docente de la Universidad CES, Yessica Giraldo Castrillón, señala que la tasa de letalidad actual, comparada con la de otros países, e incluso con la del mundo entero, da cuenta del precio tan alto que ha tenido que pagar el país en cuanto a número de muertes.

Esta variable es actualmente un poco más de tres veces mayor que la de toda África (4,24 % y 1,26 % respectivamente), y aunque podría deberse a que es el país del continente que tiene el sistema más robusto de detección, incluso con respecto al mundo su cifra es superior: 4,24 % frente a un 0,32 %.

Para Giraldo, estas estadísticas no son consecuentes con como están actuando las autoridades. “Las medidas de salud pública deben estar orientadas a salvaguardar la vida de las personas”. En su opinión la prevención debe implementarse en conjunto y “no dejar todo el peso solo en la vacunación o la inmunidad natural”.

Las particularidades del país

No solo las medidas sociales o individuales impuestas influyen en que las cifras avancen hacia una tendencia favorable o desfavorable, apunta Gómez, tiene que ver desde la prevalencia de la enfermedad (y por ende, qué tanta gente tiene inmunidad) hasta la cultura de los habitantes.

La situación en Sudáfrica resalta por varios motivos. El primero de ellos es que el porcentaje de personas vacunadas ha sido bajo desde el inicio. Al 6 de febrero solo el 27,9 % de su población total había completado el esquema, a diferencia de Colombia, que para esa misma fecha superaba el 64 %.

Pese a esto, la exposición natural de los sudafricanos al virus (un hecho no recomendado por los expertos en vista de que implica el riesgo de desarrollar enfermedad grave) hizo que para finales del año pasado la proporción de personas inmunes fuera alta, calculada entre un 60 y un 80 %, según datos de la circular oficial H221/2021 publicada por el Departamento de Salud del país.

En un sentido similar y menos explorado, señala la epidemióloga Giraldo, está también la biología y la genética de esa población específica, características que estarían relacionadas con el tipo y la calidad de respuesta inmune ante el virus. “De hecho, toma partido la cultura, que se relaciona a su vez con la matriz de contactos y las interacciones sociales”, todo esto influye en la transmisibilidad y los efectos del SARS-CoV-2.

¿Podría pasar en Colombia?

Desde el inicio de la pandemia, los profesionales han insistido en que las medidas no deben extrapolarse entre países, pues lo que funciona en uno podría no hacerlo en otro. Las decisiones, dice Giraldo, deben tomarse teniendo en cuenta no solo el “qué se ha hecho” sino el “por qué ha funcionado”, de manera que se evalúe si una medida podría o no tener los mismos resultados en otro lugar.

Sobre si Colombia podría llegar a retirar todo tipo de restricciones, los expertos coinciden en que, aunque no fue anunciado de forma explícita e inmediata (como sí lo hizo Sudáfrica), el contexto actual es muy similar al de uno libre de controles, como ejemplo está que el aforo máximo permitido es ya del 100 %.

Luis Jorge Hernández, salubrista epidemiólogo y docente de la Universidad de los Andes, ante esa situación y la rápida expansión de ómicron, afirma que la pandemia ha entrado ya en una fase de transición hacia la endemicidad. “El covid-19 se va a quedar en la población con ocasionales brotes, de hecho, el cuarto pico podría ser de corta duración, de solo 2 o 3 semanas”.

En ese sentido, las medidas que se adopten de ahora en adelante deberán tomarse teniendo en cuenta una meta, “si lo que se busca es mitigar o suprimir”, añade Giraldo.

Además, señala Gómez, hay que observar cómo se comportan las demás infecciones respiratorias, “pues también generan una carga importante en el sistema de salud”. Con base en todo eso se asumirá el camino a recorrer. Lo que sí es inamovible es que la comunicación del riesgo sea clara, “son fundamentales la vacunación, el tapabocas y los espacios bien ventilados”, finaliza Hernández.

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