En sus conversaciones Edal Monsalve, el ganador del León Zuleta en la categoría Toda una vida, dice que él no tuvo que salir del clóset porque nunca estuvo en uno. Desde muy pequeño supo que sus inclinaciones sexuales eran distintas a las convencionales y luchó para vivirlas sin ocultamientos, a pesar del rechazo social y de las creencias familiares. “Mi padre, que murió hace poco a los 99 años, no aceptaba mi homosexualidad al principio, pero con el tiempo entendió, y eso me dio más fuerza para luchar por nuestros derechos”, cuenta Edal.
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Conocido como el alcalde del Parque Bolívar, Edal recuerda que en los sesenta y setenta los ciudadanos sexo-divergentes eran conocidos con el nombre de gente de ambiente. Luego, a mediados de los ochenta, el término gay se popularizó en el lenguaje común y en el de la prensa. Sin embargo, a pesar del cambio de rótulos, la discriminación institucional siguió siendo un peso puesto en los hombros de aquellos que amaban por fuera de las normas. Monsalve recuerda que hasta 1986 las relaciones sexuales entre hombres eran consideradas un delito en el Código Penal, lo que lo llevó a ser detenido durante 33 días por mantener relaciones con otro hombre. “Eso me impulsó aún más a defender nuestra existencia y nuestros derechos”.
Edal recuerda que en la Medellín de su juventud, los homosexuales se reunían en sitios clandestinos, ajenos a la mirada social. Uno de ellos fue el Sayonara, un lugar al que iban los gays en busca de un helado, de un almuerzo y de la ocasión de intercambiar miradas con sus seres amados o deseados. “Allí llegábamos a tomarnos un helado, un almuerzo o una cerveza, y podíamos tener gestos de afecto sin tanto miedo”, cuenta.
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A lo largo de su vida, Monsalve ha tejido vínculos con figuras claves del movimiento LGBTI en Colombia, entre ellos Manuel Velandia y León Zuleta, este último asesinado en 1993 y considerado uno de los pioneros del activismo homosexual en el país. “León tenía un carácter fuerte, una ideología política clara. Fue visible y luchó siempre por los derechos de la comunidad”.
Monsalve también ha tenido un papel clave en la institucionalización de la política pública para la población LGBTI en Medellín. Fue presidente del Plan de Desarrollo Local de la comuna 10 (La Candelaria) y miembro del Consejo Consultivo de la Política Pública de Diversidad Sexual y de Género. Además, contribuyó a la creación del festival “Medellín Vive Diverso”, que institucionalizó la marcha del orgullo en la ciudad.