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La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que no está muy presente en las conversaciones cotidianas ni en las campañas de salud pública, pero la padece el 2 % de la población mundial. Figura en las estadísticas del Dane como la causa de la muerte de 1.202 hombres y 1.331 mujeres el año pasado en Colombia. Y en un estudio referenciado por la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular se apunta que está presente en el 23 % de los pacientes con Covid-19.
La médica cardióloga Clara Inés Saldarriaga Giraldo, especialista en esta enfermedad, explica que se origina cuando el corazón de una persona se vuelve débil, en la mayoría de los casos por trastornos como los infartos o la hipertensión mal controlada, algunos virus o diabetes, entre otros. Y también la puede propiciar el consumo de sustancias tóxicas tales como el alcohol, el cigarrillo o las drogas alucinógenas.
“Como este órgano es un motor que impulsa la sangre a todo el cuerpo, cuando se debilita pierde la capacidad de bombearla de manera eficiente y los pacientes presentan limitaciones para hacer las actividades de su vida diaria. Por ejemplo caminar rápido, subir escaleras y, en momentos más avanzados de la enfermedad, incluso estando en reposo, sienten que les falta el aire”, detalla la médica Saldarriaga Giraldo, líder del Programa de Insuficiencia Cardiaca en la Clínica CardioVid.
Entre los síntomas característicos se encuentran la retención de líquidos, las piernas o el abdomen hinchados, el agua en los pulmones, los mareos o los desmayos, y una sensación intensa de fatiga. A largo plazo, esa condición débil del corazón también puede enfermar otros órganos.
Lo descrito refuerza la idea de que es un padecimiento que merece toda la atención de la ciencia médica. Para Edison Muñoz Ortiz, médico cardiólogo del Hospital San Vicente Fundación y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, “la insuficiencia tiene una mortalidad que es superior a la mayoría de los cánceres. En las mujeres, por ejemplo, puede causar el doble de muertes que el cáncer de mama”.
Aunque es una enfermedad compleja, en las últimas décadas se han desarrollado tratamientos para que más pacientes puedan sobrellevarla y recuperar la función de su corazón débil.
“En los años 80 se moría el 80 % de las personas, porque no teníamos buenas opciones para tratarlos, pero en 2020 la mortalidad por esa enfermedad se ha reducido a la mitad, gracias a que contamos con medicamentos que ayudan a que el corazón trabaje de una manera más eficiente y se desgaste menos. Un porcentaje importante de los pacientes puede llegar, incluso, a recuperar una función normal del corazón; y los que no, a tener un excelente control de síntomas”, anota la especialista Saldarriaga Giraldo.
Además de diferentes medicamentos, señala que un corazón débil puede funcionar mejor con dispositivos como los resincronizadores (marcapasos especiales) o las bombas artificiales. En algunos casos, el trasplante también es una opción.
El doctor Muñoz Ortiz dice que otra ventaja de las nuevas alternativas, sobre todo en los últimos cinco años, es que han disminuido las tasas de mortalidad y la cantidad de hospitalizaciones. “El problema de la falla cardiaca es que causa una mortalidad muy alta y unas tasas de hospitalizaciones muy elevadas, que generan unos costos exagerados al sistema de salud”, puntualiza.
También apunta que otra de las acciones que puede disminuir el riesgo de hospitalización es la rehabilitación cardiaca y los programas de apoyo que se ofrecen en las instituciones especializadas.
Ambos especialistas advierten que el tratamiento debe ser riguroso y para toda la vida. Y recuerdan que estilos saludables de vida evitan que el corazón se debilite antes de tiempo.
Además de nunca fallar con sus medicamentos, los especialistas aseguran que un paciente con insuficiencia cardiaca debe adoptar hábitos de vida saludables que incluyen la actividad física moderada (unos 150 minutos semanales) y una alimentación rica en frutas y verduras, así como baja en sal y carbohidratos procesados.
También es importante que vigile cualquier síntoma que pueda indicar que el corazón no está funcionando bien. Algunos de estos son aumento de más de un kilo diario por tres días seguidos, dificultad para respirar con esfuerzos menores o en reposo, o la fatiga constante.