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Claves para conversar seguro en redes e internet

También entra en juego la privacidad del usuario. Conozca cómo cuidarse en estos espacios.

  • Las conversaciones en Whatsapp son seguras y privadas, según la aplicación. FOTO Carlos Velásquez
    Las conversaciones en Whatsapp son seguras y privadas, según la aplicación. FOTO Carlos Velásquez
22 de abril de 2021
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Hágase esta imagen: solo WhatsApp tiene 2.000 millones de usuarios en el mundo y se estima que por esta plataforma se envían más de 750.000 mensajes cada segundo. En la era digital, aparte de este servicio de mensajería, existen más. Entre los más populares, Telegram y Signal. Y súmele las redes sociales que permiten que millones de usuarios se comuniquen: Facebook, Twitter e Instagram.

Ariel Barbosa, director de la Escuela de Seguridad Digital de Colnodo, explica que una aplicación de mensajería instantánea es “un programa que se instala en el celular y permite la comunicación en tiempo real con otra persona que tenga instalado el mismo, los mensajes que se envían por allí viajan a través de internet”. También se comparten audios, videos, imágenes, documentos y ubicaciones.

Sobre las redes sociales señala que es uno de los “modelos de internet que más se está conociendo”. Son plataformas privadas, gratuitas y diseñadas para compartir información e ideas “entre unos y otros” por medio de mensajes audiovisuales en fotos o videos, textos con enlaces de referencia y otros formatos. Es como una telaraña virtual en la que cada punto de unión entre un hilo y otro es una persona.

Entonces, según lo que dice Barbosa, estas plataformas digitales conectan a las personas en línea para conversar, es un modo de acercar.

Cuidar lo que conversa

Para el experto en ciberseguridad, una gran diferencia entre los servicios de mensajería es el tema de la privacidad. “No todas ofrecen el cifrado de extremo a extremo, esto es un sistema que permite convertir como en jeroglíficos la información y solo al móvil receptor se la muestra, solo él la puede leer”.

Barbosa explica que los servicios que mantienen este tipo son WhatsApp y Signal (viene predeterminado), “de tal forma que ni las compañías ven lo que usted escribe, mientras que en Telegram esta opción no viene predeterminada y hay que activarla manualmente con la persona que se quiere hablar”. En el caso de WhatsApp se puede verificar en la pantalla del chat o en la información del contacto. “Este sistema es útil para la seguridad de los usuarios, permite que un tercero no lea las conversaciones o vea lo que se le envía al otro”, señala Axel Díaz, director del laboratorio de informática forense de Adalid Corp. Es decir, lo que hace es cambiar las palabras por letras y números que “no son elegibles para cualquiera, solo se transforman cuando llegan al destinatario”. Es una especie de blindaje de la conversación.

Facebook Messenger tiene habilitada una alternativa para proteger lo que se habla. ¿Cómo funciona?

Primero debe ingresar a la aplicación, seleccionar el contacto con el que desea comunicarse en privado y luego ingresar a la opción “Ir a conversación secreta”, de inmediato se le abrirá una ventana nueva y le aparecerá el siguiente mensaje: “Cifrado de extremo a extremo en todos los dispositivos móviles activos”.

“En el caso de las redes sociales tiene una forma de aplicarse y es a través del cifrado con el que cuenta la misma página web. En la parte de arriba, en el enlace, junto a las letras https, hay un candado verde, eso significa que toda transferencia de información va cifrada, también se implementa en los aplicativos”.

Seguridad, más opciones

Díaz indica que al instalar en un dispositivo una aplicación de servicio de mensajería o red social inmediatamente se le otorga a la compañía dueña de la misma una serie de permisos para acceder a “la información local”.

Esto quiere decir que cuando abre una cuenta en una de estas plataformas debe entregarle cierta información personal (correo electrónico, edad, sexo, entre otros) y permisos (cámara del celular o los mensajes de texto para corroborar la cuenta). “A veces piden la georreferenciación y lecturas de bases de datos de contactos”.

Ante estos pedidos y para la protección de los datos lo primero es no hablar con desconocidos, “solo agregar gente cercana, también asegurarse de cerrar la sesión de WhatsApp Web y desconfiar de mensajes de texto maliciosos en los que se solicitan códigos de seis dígitos, muchas veces detrás de esto están los ciberdelincuentes que pretenden tomar el control de la cuenta”, dice Díaz.

Por otro lado, Óscar Jerez, gerente de Operaciones de Servicios de Seguridad de Digiware, manifiesta que en la mayoría de los casos el robo de datos está impulsado por el factor financiero. “Después de robar su información los delincuentes pueden usar una variedad de técnicas para monetizar los datos como la solicitud de préstamos, pedir el rescate de los datos personales, compras bajo su nombre o venderlos en los mercados de la dark web al mejor postor”.

Eso no es todo: en las redes sociales se puede poner en riesgo la seguridad de los usuarios. “Las contraseñas son las llaves del reino digital, por esta razón los hackers invierten una gran cantidad de tiempo y dinero en piratear las contraseñas de otras personas y entrar en sus cuentas”.

De acuerdo con Jerez, entre las estrategias utilizadas por los ciberdelincuentes están los keyloggers (programas maliciosos diseñados para grabar lo que se escribe) y los “ataques de fuerza bruta” en los que las claves débiles son las más vulnerables.

Lo privado

“Cualquier aplicación lo expone a uno a la calle, al público en general. En redes sociales hay la opción de elegir quién puede ver la información y a partir de eso definir qué quiero mostrar a los demás”, explica Carlos Gómez, ingeniero de ventas para Suramérica de SonicWall. Y añade que los datos personales “valen mucho dinero, hay que saberlos cuidar”.

“Cuando se descarga una de estas aplicaciones y se le otorgan los permisos para acceder a la información se les permite saber dónde está el usuario y qué publicidad le pueden ofrecer”. Esto se traduce en que junto al crecimiento del número de usuarios que utilizan estas plataformas, aumenta la oportunidad para que las empresas capten nuevos clientes.

Y ese ha sido uno de los precios de llevar la vida a la virtualidad: dejarla en línea y abrir la posibilidad de ser rastreados, por eso los expertos aconsejan tener los ojos muy abiertos a la hora de cuidar los datos personales en estos espacios, un desafío que debe asumir cada uno

2.000
millones de usuarios tiene WhatsApp en el mundo en la actualidad.
El empleo que busca está a un clic

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