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Pragma, la empresa paisa detrás de Nequi y la arquitectura digital que mueve la plata en Colombia

Cuando la banca digital aún era una promesa, un equipo de ingenieros paisas decidió cambiar el guion: construir desde Medellín un banco móvil que naciera en la nube.

  • Marcos Vélez Botero, al frente de Pragma desde 2012, lidera la firma paisa que creó Nequi y participa en la arquitectura digital que mueve el dinero en Colombia. FOTO: Cortesía
    Marcos Vélez Botero, al frente de Pragma desde 2012, lidera la firma paisa que creó Nequi y participa en la arquitectura digital que mueve el dinero en Colombia. FOTO: Cortesía
  • El desarrollo de Nequi, liderado por Pragma desde Medellín, abrió el camino a la banca 100 % móvil y a la interoperabilidad que hoy permite mover dinero entre bancos en segundos.
    El desarrollo de Nequi, liderado por Pragma desde Medellín, abrió el camino a la banca 100 % móvil y a la interoperabilidad que hoy permite mover dinero entre bancos en segundos.
hace 40 minutos
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Cuando una persona abre la app de Nequi en su teléfono para enviar dinero o pagar un recibo, rara vez piensa en la arquitectura que sostiene esa operación.

Lo mismo ocurre cuando usa el sistema de “Mis Llaves” para mover plata entre bancos en solo segundos. Ambas experiencias parecen simples, pero su base tecnológica se creó en Medellín, en las oficinas de Pragma, una empresa fundada en febrero de 1996 que hoy es uno de los actores centrales en la transformación digital de todo el país.

Detrás de la nube que soporta los picos de uso, la biometría que valida identidades y los microservicios que procesan miles de transacciones por minuto, hay un equipo que pasó de ser un experimento universitario a convertirse en un aliado clave para bancos, redes de pago y compañías del ecosistema financiero.

El origen de esta historia no es corporativo, sino estudiantil. “Éramos estudiantes de Ingeniería de Sistemas durante la práctica y pensábamos mucho en esa decisión de si uno iba a ser empleado o a ser empresario”, dice en entrevista con EL COLOMBIANO Marcos Vélez, presidente de Pragma desde hace más de doce años.

Aquellos jóvenes, motivados por la naciente revolución de internet a finales de los años 90, montaron su primera empresa con la intuición de que podían resolver problemas reales a través de la tecnología. Tres décadas después, esa idea inicial se convirtió en una organización que ha moldeado productos digitales que se usan todos los días.

El punto de quiebre llegó en 2014, cuando Bancolombia decidió crear un banco móvil independiente para responder a una desconexión evidente: la relación de las personas con el dinero era lenta, rígida y poco intuitiva. El banco eligió a Pragma como su aliado para construir un producto que fuera capaz de evolucionar al ritmo de los usuarios.

El reto abarcó la arquitectura del software, la creación de la aplicación, la implementación en la nube y la conformación de un equipo de trabajo ágil, capaz de entregar valor continuo.

Para la banca colombiana, migrar a la nube era toda una ruptura, pero también era la única forma de garantizar disponibilidad permanente y absorber picos altos de transacciones.

El desarrollo de Nequi, liderado por Pragma desde Medellín, abrió el camino a la banca 100 % móvil y a la interoperabilidad que hoy permite mover dinero entre bancos en segundos.
El desarrollo de Nequi, liderado por Pragma desde Medellín, abrió el camino a la banca 100 % móvil y a la interoperabilidad que hoy permite mover dinero entre bancos en segundos.

Desde el inicio, Pragma ayudó a definir el propósito del producto: mejorar la relación de las personas con su dinero. Sobre esa base construyeron funcionalidades que en su momento eran disruptivas: los bolsillos de ahorro, los pagos con código QR, las recargas, la posibilidad de enviar dinero entre contactos o de recibir giros desde el exterior.

La aplicación salió a las tiendas digitales en 2016, llegó a Panamá en 2017 e implementó la primera biometría de rostro y voz usada por una app financiera en el país. Con microservicios, automatización, integraciones y despliegues quincenales, Nequi logró un ritmo de evolución inusual en el sector.

El crecimiento se mantuvo y en sus primeros seis años, Nequi pasó de no existir a sumar 14,8 millones de usuarios. En 2019, la firma Celet la premió como la Mejor Banca Digital del mundo.

Para los usuarios, la arquitectura en la nube se tradujo en una experiencia sin caídas prolongadas y con transacciones seguras a cualquier hora. Para el negocio, permitió integrar nuevos servicios y probar ideas sin comprometer la operación. Y para el ecosistema, marcó un estándar sobre cómo debía operar un banco digital que nació fuera de la estructura tradicional.

El salto a la interoperabilidad

Mientras Nequi se consolidaba, el país avanzaba hacia otro cambio: la interoperabilidad financiera.

En 2023, el Banco de la República anunció Bre-B, el sistema de pagos inmediatos que permitiría transferencias entre bancos y billeteras en segundos, sin costo.

Redeban, el principal procesador de pagos del país, decidió no esperar. En alianza con Pragma, diseñó Mis Llaves, un sistema que permitió hacer interoperabilidad real antes de la fecha oficial. En enero de 2025, la solución salió a producción con el respaldo de los actores que concentran la mayor parte del mercado: Bancolombia, Davivienda, Daviplata y Nequi.

Los resultados fueron inmediatos. En menos de un mes, diez millones de personas registraron una llave; en un trimestre, la cifra llegó a 23 millones.

Se procesaron 31 millones de transacciones y los tiempos operativos se redujeron en un 99,9 %, permitiendo que operaciones que antes tardaban horas, o días, ocurrieran en segundos.

Para lograrlo, Pragma construyó una arquitectura nativa en AWS: un orquestador de servicios para validar transacciones en tiempo real, un catálogo dinámico de metadatos para identificar usuarios, un flujo serverless que respondía bajo demanda y un motor antifraude integrado. La disponibilidad se mantuvo en 99,99 %.

Esa capacidad de anticiparse a los cambios coincide con la visión de Vélez, quien sintetiza el enfoque de la empresa en una frase: “Lo que resolvemos son problemas reales... problemas de la gente”. Su trayectoria dentro de la organización comenzó en el año 2000 y moldeó un modelo en el que la formación interna es central.

Lea también: La advertencia de la SIC a Nequi, Daviplata y otras billeteras digitales sobre el tratamiento de datos

Esta se ha vuelto una escuela de programadores”, dice. Cerca de mil empleados pertenecen a esa área y, según afirma, “mientras estés aquí vas a aprender a una velocidad distinta”.

Hoy, Pragma se prepara para dar su siguiente salto. Con una inversión de 5 millones de dólares, la compañía busca consolidar su presencia en Estados Unidos, México, Panamá, Guatemala, Costa Rica y República Dominicana, tras haber duplicado su crecimiento en el último año y medio.

Ese impulso ha sido posible gracias a una base de talento que no deja de expandirse: solo en Bogotá y Cundinamarca se vincularon 200 nuevos profesionales en tecnología, una cifra que equivale a la generación de 3,6 empleos adicionales por cada contrato directo.

A tres décadas de su fundación, la empresa que nació de un grupo de estudiantes inquietos por Internet se ha convertido en un referente de la transformación digital latinoamericana.

Su apuesta más reciente, integrar la inteligencia artificial en el 100 % de sus procesos, busca mantener una premisa que no ha cambiado desde el primer día: usar la tecnología para mejorar la vida de las personas.

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