La venta de celulares reacondicionados es una tendencia consolidada en mercados como Europa y Estados Unidos, pero en Colombia aún está en proceso de formalización. A diferencia de un celular de segunda mano, que puede venderse sin controles ni garantías, los dispositivos reacondicionados pasan por pruebas técnicas, reemplazo de piezas defectuosas y certificaciones que aseguran su funcionamiento.
Sebastián Jiménez, CEO de Refurbi, explica que “un dispositivo reacondicionado es un equipo usado que pasa por un proceso de inspección, pruebas de más de 40 funcionalidades y, si es necesario, reemplazo de piezas como pantalla, batería o cámara. Luego, se hace un control de calidad y se entrega con accesorios homologados y 14 meses de garantía”.
Desde Refurbi, una de las empresas pioneras en este modelo en Colombia, garantizan la trazabilidad de sus productos para evitar que equipos robados ingresen al mercado.
“Tenemos dos fuentes de abastecimiento: la importación desde operadores y fabricantes en países como EE. UU., Corea y Japón, y la recompra local a través de grandes superficies como Éxito, Falabella y Movistar. En ambos casos, verificamos los dispositivos en bases de datos nacionales e internacionales para garantizar su legalidad”, asegura Jiménez en entrevista con EL COLOMBIANO.
Un mercado en expansión en Colombia
En los últimos años, el crecimiento del mercado de celulares reacondicionados ha sido notable. Empresas como Rondoo han apostado por este modelo en el país, ofreciendo dispositivos entre un 30 % y 60 % más baratos que los nuevos y con garantías extendidas.
Daniel Llano, fundador de Rondoo, señala: “Fabricar un celular nuevo consume más de 83.000 litros de agua y genera 84 kg de CO₂. Elegir un reacondicionado reduce en un 91 % el impacto ambiental de su producción”.
El mercado colombiano aún enfrenta retos, especialmente en la diferenciación entre celulares reacondicionados y usados. La informalidad y el contrabando siguen presentes, pero empresas como Refurbi trabajan para fortalecer la confianza del consumidor.
“Vendemos en marketplaces como Grupo Éxito, Flamingo y Linio, y nos hemos expandido a México y otros países de la región. Nuestro objetivo es demostrar que los reacondicionados pueden ser una opción confiable y accesible para todos”, comenta Jiménez.
Mitos y retos
Uno de los mitos sobre los celulares reacondicionados es su durabilidad. Jiménez aclara que estos equipos pueden tener una vida útil similar a la de un celular nuevo.
“La mayoría de smartphones están diseñados para durar entre 3 y 5 años. Si se reacondiciona correctamente, su vida útil puede extenderse varios años más, especialmente con el reemplazo de batería después de cierto número de ciclos de carga”.
El impacto ambiental es otro factor clave. “Cada celular reacondicionado que se compra evita la extracción de 268 kg de materia prima y la generación de 200 gramos de desechos electrónicos. En términos de sostenibilidad, esta es una alternativa real y efectiva”, enfatiza Jiménez.
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Sin embargo, pese al crecimiento del sector, el mercado de reacondicionados en Colombia aún enfrenta desafíos. La competencia con dispositivos nuevos y la presencia de vendedores informales dificultan la consolidación de empresas que buscan operar bajo estándares de calidad y legalidad.
Según Sebastián Jiménez, el segmento tiene la necesidad de diferenciarse en un entorno donde aún persisten mitos sobre estos dispositivos. “No somos muchos los que hacemos este negocio de forma legal. Aquí hay demasiada informalidad y contrabando, pero grandes marcas han confiado en empresas como la nuestra para vender dispositivos reacondicionados certificados. Lo que nos diferencia es la trazabilidad y la experiencia que ofrecemos al usuario”.
