A sus 25 años, el astrofísico colombiano Miguel Antonio Sabogal García fue seleccionado para participar en la Escuela de Verano del Observatorio del Vaticano, un prestigioso encuentro que reúne a 24 científicos jóvenes de distintos países para estudiar fenómenos del universo con base en los datos del telescopio James Webb.
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Nacido en Cartagena y formado en física en la Universidad del Atlántico, Sabogal actualmente cursa su maestría en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, en Brasil, donde investiga temas de cosmología y materia oscura.
Además, su trayectoria, marcada por la colaboración científica internacional, lo ha llevado a espacios donde confluyen ciencia, filosofía y espiritualidad. En entrevista con EL COLOMBIANO, compartió los detalles de su selección, la relevancia del encuentro y las preguntas fundamentales que guían su campo de estudio: ¿cómo surgió el universo? ¿Qué estructuras lo componen? Y, ¿por qué se expande cada vez más rápido?
¿Qué significa para usted, como astrofísico colombiano, haber sido invitado al Observatorio del Vaticano, junto con otros 23 científicos jóvenes de todo el mundo?
“Ha sido un gran honor tener esta experiencia, compartir con personas de todo el mundo, aprender de los mejores científicos. Y habla muy bien del Vaticano, de poder brindar estas oportunidades a los jóvenes, y en esta ocasión, llenarnos de conocimiento sobre el telescopio James Webb”.
¿Cuál fue el criterio de selección de los participantes y cómo fue el proceso para llegar a formar parte de este grupo internacional?
“El proceso comenzó a mediados de octubre y se obtuvo la respuesta en diciembre. Era necesario contar con currículum, también con cartas de motivación y de recomendación. Además, había que presentar las notas y explicar cómo era el sistema de calificación y de astronomía en el país de origen”.
¿En términos científicos, qué tipo de discusiones o proyectos se desarrollan durante su estancia en el Observatorio del Vaticano?
“La temática de este año de la Escuela de Verano es sobre los datos obtenidos del telescopio James Webb, por lo que los proyectos que estamos desarrollando abarcan una amplia gama dentro de la astrofísica: desde la extragaláctica, la galáctica, la cosmología y también el estudio de supernovas y exoplanetas”.
Usted ha investigado ampliamente la materia oscura del universo. ¿Podría explicarnos, en términos sencillos, en qué consiste su línea de investigación y por qué es relevante para la comprensión del cosmos?
“Yo trabajo en el área de la cosmología, que está dentro de la astrofísica y, en pocas palabras, intenta estudiar el universo como un todo, el cosmos, desde estructuras complejas más allá de las galaxias. La idea es modelar cómo se forman las estructuras en el universo a gran escala y cómo éste evoluciona en el tiempo.
El universo, como lo comprendemos actualmente, se encuentra no solo en una expansión, sino en una expansión acelerada y hay bastantes retos en esta área, sobre todo alrededor de qué tan rápido se está expandiendo. Para eso se necesita estudiar muy bien cómo se hacen las detecciones y clasificaciones de supernovas. Y precisamente en esta escuela del Vaticano es uno de los temas a tratar”.
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¿Cómo se conecta su trabajo con las preguntas filosóficas o existenciales que históricamente han interesado tanto a la ciencia como a instituciones como el Vaticano?
“Está muy ligado, ya que la cosmología tiene como principal pregunta cómo surgió el universo. A partir de ahí se van desarrollando otras preguntas: cómo se han ido formando las galaxias, cómo se ha dado el origen de la vida. Pero la pregunta principal es cómo surgió el universo”.
¿Qué retos ha enfrentado como científico colombiano en el campo de la astrofísica y cómo ha logrado proyectar su trabajo a nivel internacional?
“Yo realicé mi pregrado en física en la Universidad del Atlántico, en Barranquilla, y luego participé en un internship con la red de estudiantes de astronomía colombianos. En ese espacio establecí colaboraciones con otros estudiantes y profesores colombianos a nivel mundial.
Uno de ellos, en Brasil, me permitió establecer una colaboración que me llevó a la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, donde actualmente realizo mi maestría. Mis proyecciones son, con las colaboraciones que me pueda brindar también el Vaticano, preparar mi viaje para el doctorado”.
Entonces, ¿el impacto que espera de esta experiencia para su carrera científica son las colaboraciones internacionales que pueda establecer?
“Sí. En la escuela hay estudiantes de todo el mundo: Lituania, Marruecos, Nueva Zelanda y buena parte de Europa. Suramérica también está bastante presente y son áreas muy diversas, entonces esto va a permitirme tener no solamente colaboraciones dentro de la cosmología, sino también en todo el campo de la astrofísica.
Las colaboraciones son muy importantes para poder proyectar y encontrar más oportunidades, no solo para mí, sino también para las personas en Colombia que deseen seguir este camino y que quieran también obtener puestos de investigación”.
El Papa León XIV recibió a los jóvenes astrónomos del Observatorio Vaticano
En una audiencia privada el 16 de junio, el Papa León XIV recibió a los participantes de la Escuela de Verano del Observatorio Vaticano con un mensaje centrado en la generosidad del conocimiento. Citando a San Agustín, el Pontífice invitó a los científicos a no guardar para sí el asombro ni los descubrimientos: “Sean generosos al compartir lo que aprendan y lo que experimenten lo mejor que puedan y de cualquier forma que puedan”.
Más allá de los temas astronómicos, el Papa subrayó el carácter comunitario de la ciencia y el esfuerzo intergeneracional que ha hecho posible avances como el telescopio James Webb. Recordó que cada paso científico implica una red humana de investigadores, ingenieros, familias y educadores, y pidió no perder de vista que el fin último del conocimiento es el bien común.
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