Uno de las interrogantes que se intentó resolver durante los dos días de sesiones del Foro Económico Mundial, capitulo América Latina, parecería simple: ¿cómo debe ser el modelo de crecimiento de la región en la nueva coyuntura económica?
En la reunión que concluyó el pasado viernes, en Medellín, las respuestas fueron diversas y se ajustaron a múltiples factores. No coincide la visión de un ministro centroamericano con la perspectiva de un empresario norteamericano, o que la óptica de la academia sea igual a la de una organización privada sin ánimo de lucro como el Foro.
Lo anterior no excluye las convergencias. Se mencionaron recurrentemente ciertos aspectos: desarrollar una visión macroeconómica coherente, fortalecer los sectores emergentes de alto potencial y avanzar en la transición industrial hacia un ecosistema de “poscommodities”, o sea, un escenario en que las materias primas dejaron de tener el peso y el valor que mostraron en el pasado.
Andrés Velasco, director del Centro de Estudios de América Latina de la Universidad de Nueva York, sostuvo que “por una década, o más, en la región nos creímos, erradamente, más ricos de lo que éramos, por el cobre o el petróleo, y hemos caído a la realidad”. Por eso planteó la urgencia de la colaboración público-privada, mayor énfasis en tecnología, un sector privado en conversación permanente con la universidad y una voluntad política y empresarial de hacer las cosas de manera distinta.
Ofrecemos una síntesis de los elementos que, a juicio de los expertos, resultan indispensables que el gobierno de Juan Manuel Santos, y otros de la región, tenga en cuenta para reimpulsar la economía.