Lo primero que valoro es que se exalte un periodismo de propuesta, en el cual el reportero no es un observador lejano y frío, sino alguien que está comprometido con los hechos. Ese compromiso se demuestra cuando no solo denuncia sino que propone alternativas de solución.
Lo segundo es resaltar cómo estos periodistas creyeron en su propio trabajo. A veces uno en este oficio se siente desalentado para hacer las cosas, porque no ve la posibilidad de que tengan resultados.
Entonces, pareciera que uno siempre está ambicionando en grande y en cambiar la historia en minutos. Pero resulta que la historia se cambia lentamente y con pequeños detalles. Un escrito de ellos contribuye a un cambio de la historia en Antioquia, en particular frente al daño enorme que causan las mineras y la minería, en contraste con la lucha de comunidades para que no contaminen los ríos. Este trabajo ayuda al cambio.
El tercer elemento es la preocupación por el tema ambiental. Como periodistas no podemos estar ausentes frente a ese gran drama que es la amenaza del planeta. Es un llamado de atención: lo ambiental dejó de ser poesía y cantos a la naturaleza y es un asunto de vida o muerte, que afecta a los pobres, en particular con el daño del mercurio a comunidades ribereñas.
