Se trata de un terrorismo extendido los últimos meses: París, Bruselas, Orlando, Estambul, Bagdad, Bangladesh, Israel y ahora Niza.
Estamos ante una ideología que genera este tipo de acciones de corte netamente terrorista; es decir, contra civiles, sistemática y propagandística, que alientan ISIS, Al Qaeda, Hamas, la Yihad Islámica y Boko Haram. Ejecutan atentados que no requieren grandes planeaciones, con mucha resonancia mediática, en especial por atacar a civiles de manera indiscriminada.
Occidente se encuentra ante el desafío de defender las libertades civiles y la seguridad de sus ciudadanos, pero parar todos los atentados es prácticamente imposible, porque mientras hablamos de ellos ya se está preparando el próximo. La guerra contra el terrorismo se gana hasta el siguiente ataque.
Trátese de atentados preparados por un grupo, con logística e inteligencia, o por parte de un individuo influido por la ideología fundamentalista, estamos ante personas que creen estar acabando con los infieles, con los herejes y en ese objetivo todo se permite, todo se vale.
Las operaciones militares en Siria e Irak tendrán, infortunadamente, poca incidencia en estos actos que se planean en otros lugares del mundo.
