Tenemos suficientes evidencias para concluir que esta pandemia está lejos de ser controlada y que muchas de las medidas que se están adoptando, no hacen otra cosa que contribuir a su propagación y el retraso de su control por varias razones: características del virus, alta capacidad de contagio y la enorme franja de asintomáticos. Este debiera ser nuestro foco, porque al no ser un virus tan letal permite que haya muchísimas lesiones leves o casos asintomáticos, los cuales fácilmente pueden ser detectados por el sistema de salud. Estas personas, al circular de manera libre, favorecen la transmisión sigilosa o silenciosa. Si lo que permitimos es un mayor contacto de interacción de personas, ¿qué estamos favoreciendo? Mayor cantidad de asintomáticos o con cuadros leves circulando y propagando la enfermedad.
De ahí la importancia de que las políticas se centren en cumplir la mayor realización de pruebas y el mayor rastreo. Mientras no se cumpla con esto, que de manera objetiva son, de 20 a 40 pruebas por cada caso detectado, continuaremos favoreciendo la propagación del virus en lugar de controlarlo. Ante políticas institucionales y gubernamentales débiles como las del país, solo nos queda extremar el autocuidado, no es momento de relajarnos.
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