Como lo presagiaban los resultados de diversos indicadores y encuestas y lo pronosticaban los especialistas, según el Dane, en el tercer trimestre de 2016 la economía colombiana creció 1,2 por ciento. Este resultado evidencia que se mantiene el proceso de desaceleración del producto nacional.
Tanto el Dane como el Gobierno, a través del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, manifestaron que el paro camionero de julio afectó seriamente a varios sectores y que, el bajo crecimiento registrado, responde en buena parte a los impactos del mismo.
El comportamiento por sectores económicos muestra que la construcción retomó el liderazgo del crecimiento (5,8 por ciento), gracias al desempeño de las construcciones diferentes a vivienda y a las obras civiles.
Por su parte, la industria (2,0 por ciento) y el comercio (0,1 por ciento), que tenían buenos comportamientos, presentan debilitamientos. Esto es más evidente en el caso de la industria manufacturera que, gracias en gran medida a la operación de Reficar, se mantiene en terreno positivo.
El sector financiero, que creció 3,9 por ciento, y los servicios sociales, con una tasa de 1,8 por ciento, aunque también pierden impulso, mantienen un relativo buen ritmo de actividad.
La agricultura, que le tocó sortear El Niño, todavía no consigue recuperarse y se mantiene en terreno negativo (-1,7 por ciento). El café y el grupo de pecuarios, con crecimientos de -15,4 y -0,3 por ciento respectivamente, contrarrestaron la recuperación de los otros cultivos agrícolas (1,2 por ciento).
Finalmente, la minería, a pesar de registrar mejores resultados y precios en algunos productos, como el carbón y el oro, continúa en números rojos, -6,1 por ciento.
En lo corrido de 2016, el crecimiento del PIB total es de 1,9 por ciento. Por sectores, el que más crece es el financiero (4,3 por ciento), seguido de la construcción y la industria con tasas de 4,0 y 3,9 por ciento respectivamente. El comercio presenta un crecimiento de solo 1,4 por ciento, en tanto que la agricultura (-0,3 por ciento) y la minería (-5,9 por ciento) decrecen.
La debilidad que exhibe la economía ha llevado a una revisión de los pronósticos para 2016. Así, el Gobierno y el Banco de la República ahora estiman un crecimiento de 2,0 por ciento. Por su parte, otras entidades, como Anif, pronostican que se crecerá entre 1,8 y 2,0 por ciento.
No obstante la desaceleración, los expertos esperan que, para 2017, se registre una recuperación, pues se estima que la economía ya pasó la fase más complicada. Las esperanzas están cifradas en la aprobación de la reforma tributaria y en la reactivación de las obras civiles, especialmente con la ejecución de nuevos proyectos de las concesiones viales de 4G.
Frente a la evidente debilidad del PIB y el ritmo descendente de inflación, el Gobierno señaló que había llegado la hora de que el Banco de la República iniciara el ciclo de baja en la tasa de interés.
Sin embargo, en la reunión del pasado viernes, la Junta del Emisor decidió, por mayoría, “mantener inalterada la tasa de interés de referencia en 7,75 por ciento”.
Así las cosas, la recuperación de la economía depende tanto del manejo de la política monetaria como de las decisiones que adopten el Congreso, con la aprobación de la reforma tributaria estructural, y el Gobierno, con un manejo eficaz del gasto público y de las políticas sectoriales.