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Periodista y editor de textos
Curiosidades del idioma
Chao
Todos los días decimos chao, una despedida más relajada que adiós o hasta luego, por mencionar dos. Quiero decir que es una palabra que usamos para despedirnos de alguien con quien tenemos un alto nivel de confianza. Los otros dos saludos son para gente que respetamos más o que es cismática. Quizá.
Pero el cuento que venía a echarles es la historia de esta palabra que nos llegó directamente de la lengua italiana. Aquí ya tenemos una curiosidad: a ellos, los italianos, les sirve tanto para llegar como para irse. Me acordé aquí de una publicidad, o propaganda, como decimos coloquialmente: “Ciao, bambino”. Ya sabrán ustedes de qué espaguetis (otra palabra evidentemente italiana).
Más atrás, y esta es la otra curiosidad, la italiana ciao viene de la expresión veneciana s-ciavo, ‘[soy su] esclavo’, que era una fórmula de saludo, de cortesía, como cuando decimos a la orden, a sus órdenes, para servirle... El veneciano es un dialecto (en esa zona hay muchos dialectos). Así que, en el fondo de las palabras y los sentidos, cuando nos despedimos con “chao, parce”, le estamos diciendo soy su esclavo, parce. Mentiras. La fantasía de las palabras.
Preguntan los lectores
Mario Velásquez
Llevaba tiempo sin molestarlo, pero ahora que sé que es hincha del buen fútbol italiano, le pregunto: ¿por qué escriben la Lazio, la Juventus, la Fiorentina si todos esos son equipos (masculinos, y no femeninos)? Yo soy del Inter y del verde Nacional, a mucho honor.
Don Mario, hincha del Atlético Nacional también yo, a pesar de las vergüenzas de los sinvergüenzas. Que alguien salve a Nacional... Decimos la Lazio, la Juventus, la Fiore, y no el Lazio ni el Fiorentina, porque la palabra italiana para equipo es squadra, que es femenina. No falta el periodista que use la palabra escuadra con este sentido: la escuadra nacionalista, la escuadra naranja (el Envigado Fútbol Club). Pero otras escuadras italianas las nombramos en masculino: el Milan, el Atalanta...
Jorge Alberto Cardona.
Escribe el columnista: “En otras palabras, a Medellín hay que encausarla de nuevo hacia una visión de progreso coherente...”. Me pregunto si el sentido de la frase es llevar la ciudad por el cauce de una visión de progreso. En ese caso, se refiere a encauzarla, puesto que la c cambia a z, y viceversa. Encausarla sería levantarle una causa ante tribunal, lo que considero no es el sentido de la frase.
Don Jorge, absolutamente de acuerdo. O, más que de acuerdo, está usted en lo correcto. No quiero redundar porque su explicación es suficientemente clara. Pero sí le agrego que este error lo he pillado muchas veces en los libros y revistas que edito. Mucho lo he visto. Claro, el autor (hablante) no es consciente de que tenemos esa peligrosa pareja (yo a estas parejas las llamo mellizas traicioneras): encausar (causa) y encauzar (cauce). Pilas, colegas.