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Crónicas de un Fan Fatal: Hasta que la locura nos separe, el amor más oscuro del rocanrol

hace 19 horas
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  • Crónicas de un Fan Fatal: Hasta que la locura nos separe, el amor más oscuro del rocanrol

diego londoño

@elfanfatal

Él estaba drogado, sus ojos miraban a la nada, y casi que babeando, seguía escuchando esa música fuerte que le agitaba el corazón. Su banda lo era todo, su música, su salvación y su infierno, y el amor en su vida solo aparecía cuando el sonido era silencio, ahí, cuando quedaba solo.

Una noche, ese hombre envuelto en las tinieblas del sonido extremo, en las distorsiones afiladas y en las alucinaciones de sus propios excesos con cocaína y ácidos, se abalanzó con fuerza sobre su esposa que lo intentaba salvar de una sobredosis. Sus manos tuvieron más fuerza, su cara roja de furia estaba a punto de explotar y sus ojos no vieron nada de lo que estaba ocurriendo.

Intentó estrangularla, aprisionó su cuello con fuerza, mientras ella intentaba gritar para liberarse, mientras sus pies se movían con desesperación. Ella logró presionar un botón de pánico que tenían en casa para cualquier eventualidad con ladrones o fanáticos intrusos. Lo hizo. Minutos después quedó inconsciente por la pérdida de oxígeno. Su esposo, poseído de ira y locura, quedó rendido en el suelo, junto a ella, riéndose sin razón.

Los dos tendidos en el suelo. Ella, Sharon. Él, Ozzy. Los dos Osbourne.

A las horas, cuando Ozzy despertó luego de la resaca lisérgica y química, estaba en la cárcel acusado por intento de asesinato. Su esposa, horas después, llegó a retirar cargos y a sacarlo de la celda. Y no lo dejó tras el intento de homicidio, sino que, además de eso, su amor era tan fuerte que decidió ayudarlo y acompañarlo en un fuerte proceso de rehabilitación. El Ozzy que la atacó no era el hombre que ella amaba; ese hombre era otro y tenía que acabarlo como fuera.

“Estoy loca, pero lo amo. Y él me ama. Así de simple.”

Ese amor, esa historia y esos nombres con ese apellido soportaron el rock, la locura, las drogas, los demonios personales, la muerte y la vida misma. Ozzy y Sharon Osbourne.

Se conocieron cuando Ozzy ya empezaba a ganar popularidad con Black Sabbath. Se vieron por primera vez porque el mánager de la banda era el padre de Sharon. Él, Harry Levy, conocido como Don Arden por su carácter fuerte y su reputación despiadada como negociador y como mánager, era no solo mánager de Black Sabbath, sino también de Small Faces y Electric Light Orchestra. Además de ser el propietario de la empresa discográfica Jet Records.

La relación de Ozzy con Black Sabbath se terminó de debilitar por sus adicciones y su genialidad. Por eso, en 1979 fue expulsado de la banda y fue ahí que Sharon, en contravía de su padre y conociendo las virtudes, el potencial y también la esquizofrenia de Ozzy, quiso ayudarle a construir su carrera en solitario. En todo ese proceso se enamoraron.

En el año 1982 se casaron en Hawái. Y eso hizo que la relación de Sharon con su padre se echara a perder, no porque Ozzy fuera una buena o mala persona, o porque fuera considerado el Príncipe de las Tinieblas o tuviera excesos en su vida, sino porque la carrera en solitario de Ozzy despegó más que la de Black Sabbath, y él ahí estaba perdiendo no solo a su hija, sino también dinero, mucho dinero. Padre e hija no se hablaron durante veinte años, y el matrimonio de Sharon y Ozzy brilló por el amor, los escándalos, el dinero, la lealtad y el sonido rock de la voz de Ozzy.

De hecho, en muchas ocasiones fue el mismo Ozzy el que dijo que si no fuera por Sharon, estaría muerto hace muchos años.

Este, un amor con sexo, drogas y rock and roll, sobrevivió peleas explosivas, la llegada de hijos, las giras interminables, la enfermedad y ahora, la muerte. Ahora Sharon está sola, pero escoltada por un batallón de metaleros en todo el mundo que tienen a un ídolo para recordar por los siglos de los siglos. Esta es la historia de amor entre Sharon y Ozzy Osbourne.

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