Un hombre de traje y sombrero surge de la luz. En realidad su imagen aparece en pantalla después de que el brillo frío del cielo en un día de invierno nos enceguece, pero la idea visual ya está expresada. Sera una de las muchas ideas, visuales, musicales y narrativas con las que Alfonso Gomez-Rejon intenta con éxito en “The current war”, recrear una batalla de ideas que se dio en Estados Unidos a finales del siglo XIX y que involucró a dos grandes inventores: Thomas Alva Edison y George Westinghouse. El primero es el protagonista de la escena del comienzo, pero en realidad ni Gomez-Rejon ni el interesantísimo guion de Michael Mitnick toman partido por uno u otro bando, y ese punto de vista, no tan común cuando se recrean las vidas de personajes históricos, es una de las muchas cualidades que tiene esta película estrenada esta semana en la plataforma de Prime Video.
La película narrará, tocando tangencialmente las vidas personales de los dos inventores - y un poco sin saber muy bien qué hacer con el tercer genio involucrado en esta historia, Nikola Tesla-, el conflicto que se dio entre Edison y Westinghouse, de personalidades contrastantes, en su lucha por convertir sus desarrollos de iluminación y de la corriente eléctrica que la alimentara, en el estándar de las distintas ciudades de Estados Unidos. Esa trama, que suena tan técnica y seria, está narrada aquí con emoción y desparpajo por Gomez-Rejon, confirmando las buenas sensaciones que había dejado su anterior película, “Me and Earl and the dying girl.
Benedict Cumberbatch, encasillado por la industria como el actor al que hay que llamar cuando hay un personaje de inteligencia sobresaliente, luce cómodo como Edison. Pero es Michael Shannon quien se luce como Westinghouse, construyéndolo como un personaje que intentaba no sólo ganar sino hacer lo correcto en el proceso. En el resto del reparto hay que destacar la participación de las dos actrices que encarnan a las esposas de ambos, Tuppence Middleton y Katherine Waterston, quienes consiguen que sus personajes sean algo más que comparsas de la historia, y en el caso de Waterston, incluso se “roban” varias escenas.
El proceso de los dos genios será narrado combinando planos muy cercanos a sus rostros, que pretenden recordarnos el tamaño de su intelecto, que no cabía entre parámetros normales, con otros que siempre tienen una razón de ser narrativa: casas casi en tinieblas para que entendamos lo que significó el arribo de la luz eléctrica, o planos generales imposibles (como uno en el que muestran la estructura subterránea de una fábrica) para mostrar la dimensión enorme del trabajo de estos hombres, a quienes debemos buena parte del mundo como lo conocemos. Todos con el toque de elegancia característico del director de fotografía Chung-hoon Chung, y acompañados por una música incansable, en permanente ebullición.
Usamos la metáfora de “encender” el bombillo para hablar de las ideas que nacen. Ver “the current war” añade sustancia a esa figura. La hace más entendible y más mágica. Más luminosa, digamos.