Los problemas de frontera son relativamente irrelevantes para los presidentes Santos y Maduro. Venezuela en manos de Maduro y Padrino solo tiene en mente tratar de resolver el desastre alimentario y de salud que ellos mismos crearon. A Colombia, en manos de un Santos que se debilita aceleradamente, solo le quita el sueño que su plebiscito de la paz salga con humo blanco.
Santos pidiéndole a Maduro que le instale expendios de gasolina del lado colombiano de la frontera para dominar el contrabando. Allí tampoco los colombianos hicieron gala de conocimiento. Hace muchas lunas ya que nuestro país no exporta gasolina, Venezuela la importa desde estas épocas revolucionarias. ¿Qué es lo que pretende Colombia? ¿Que se les venda a los colombianos gasolina que se subsidia en suelo venezolano para mantener callada a la población? ¿O que nuestra PDVSA compre gasolina a precios internacionales para vender a Colombia en las zonas fronterizas para acabar así con el contrabando hacia el otro lado de la frontera?
La reunión de los presidentes fue, para fines prácticos, una mal montada parodia que sirve para generar titulares que alimenten una mejor imagen para ambos mandatarios. Porque ni a Santos le duele nada del drama que vive el venezolano de pie, y a Maduro le importa poco el contrabando y la inseguridad que estamos exportando para el otro lado de la frontera.