Dos razones principales me animan a invitar al SÍ en el plebiscito. La primera: los colombianos tenemos que recuperar la libertad. Y esto por cuanto las últimas elecciones se han decidido condicionadas por las Farc, que han sido electoras, activas o pasivas, de los últimos presidentes. Ya es hora de que los colombianos podamos elegirlos en libertad, según sus ideas y programas.
Segunda: Colombia gana al desactivar el foco de violencia más activo, el más despiadado, con destrucción de vidas, de infraestructura, de libertad, de patrimonio. Si bien no se va a lograr la paz definitiva, sí nos va a permitir librarnos de ese foco de perturbación.
No puede desconocerse que el acuerdo de La Habana obligará a los colombianos a tragarnos muchos sapos. Y ahí el Centro Democrático (CD) tiene buena parte de razón, como en la inequidad en las penas y la elegibilidad política de responsables de graves crímenes. Pero explicando bien las bondades del acuerdo para los0 colombianos, se puede confiar en un sí mayoritario en el plebiscito.
Hay que desear que el debate no sea de insultos y agravios. Y hay que pedirle al CD que no sea exagerado, como en eso de decir que el presidente es castrochavista. Deben argumentar, dar razones, no simplificar las cosas.