Es importante el reconocimiento que se hace. Es lógico que cuando una ciudad empieza a preocuparse por recuperar el verde público, así sea en corredores, taludes, jardines verticales en columnas y muros de grandes estructuras, reciba una buena mirada de la opinión internacional.
Pero eso no es suficiente frente a lo que la ciudad necesita: acciones más drásticas debido a que la calidad del aire es muy deficiente y causa daños a la salud y costos enormes. Este, entonces, es el comienzo de un esfuerzo.
Hay que avanzar con mucha más fuerza y amplitud en la reconstitución del verde en la ciudad: se deben aprovechar mejor las laderas y zonas de montaña de la periferia, ese cordón verde.
Hay lugares donde el verde es más necesario, me refiero a las laderas occidental y oriental de todo el Norte de Medellín (con gran déficit de espacio público y zonas verdes) y también a sectores del sur. Es urgente que se implementen regulaciones y restricciones a la circulación vehicular, en especial al automóvil privado, y estimular el transporte público. Incluso, restringir ciertos vehículos muy contaminantes. Lo otro es esa racionalidad del espacio que solo lo ve como construible, con áreas libres duras. El éxito inmobiliario también está en el verde.
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