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La alta tasa de inflación se origina como resultado de una política monetaria expansiva y del aumento ineficiente del gasto público.
Por Paola Holguín - @PaolaHolguin
En lo corrido del Gobierno Petro ha quedado en evidencia el profundo abismo entre su retórica populista y la realidad. Su gestión, marcada por la corrupción, la improvisación y la incompetencia en prácticamente todas las áreas, ha generado graves consecuencias sociales, que recaen con especial dureza sobre los sectores más vulnerables de la población.
La incalculable pérdida de recursos públicos en entramados de corrupción protagonizados por su propio hijo, varios de sus ministros y antiguos camaradas guerrilleros, se suma al acelerado deterioro de la seguridad en las ciudades y la pérdida de control territorial en vastas zonas rurales; la crisis del sistema salud y el desfinanciamiento de programas sociales, que golpean a los más necesitados.
Unos 70 mil hogares de bajos ingresos terminaron damnificados por los cambios y la suspensión del programa Mi Casa Ya, perdiendo así la posibilidad de tener casa propia. La eliminación del subsidio a la tasa del ICETEX, afectó especialmente a los estudiantes de estratos 1, 2 y 3, que son el 91,1% de los nuevos beneficiarios. El deterioro que ocasionó el Gobierno Petro en el sistema de salud, llevó a que la cobertura cayera 0,5 puntos porcentuales y a que el gasto de bolsillo pasara del 33% al 38% de las familias el último año, por crecimiento de compra de planes voluntarios, pólizas, medicina prepagada, servicios de ambulancia y medicamentos.
A esto tenemos que sumar el costo de vida. La inflación anual fue de 5,18%, mucho más alta que la meta del Banco de la República, que estaba entre 2% y 4%, y en alimentos fue más del doble que hace un año. Hoy, el 25,5% de los hogares enfrenta inseguridad alimentaria moderada o grave, y en las zonas rurales la cifra asciende al 34,2%. La alta tasa de inflación se origina como resultado de una política monetaria expansiva y del aumento ineficiente del gasto público.
A lo largo de estos tres años del gobierno Petro se han disparado el precio del gas y la energía, aumentando un 37,9%; y de la gasolina, cuyo valor promedio pasó, entre agosto de 2022 y septiembre de 2025, de $9.180 a $16.200 por galón.
La otra presión se da por la carga impositiva, que por ejemplo, con el denominado impuesto saludable, afectó las 450 mil tiendas de barrio de las que dependen más de un millón de familias colombianas, 96% pertenecientes a los estratos 1, 2 y 3, y 64,7% propiedad de mujeres. El 82% de los tenderos reportaron caídas o estancamiento de sus ingresos, y se prevé que una de cada tres tiendas podría cerrar en los próximos meses si no cambian las condiciones. Un contrasentido en el Gobierno que predica el apoyo a la economía popular.
Es claro que este no era el Gobierno del pueblo, ni de los pobres, ni de los excluidos; aquí los únicos que están viviendo sabroso son los criminales por cuenta de la Paz Total, y los corruptos del Gobierno de cuenta de nosotros. Luchemos para salir de este Gobierno empobrecedor y transformar a Colombia en el 2026.