viernes
0 y 6
0 y 6
Por Ernesto Sánchez Duque
Pan de mi amor. Nuestros pequeños hijos. Por fin ha llegado el momento de profundizar en el proceso de vivir la experiencia de ser papás, a más de la complejidad implícita en ello. Esta es la gran oportunidad de conocer a cabalidad la esencia de un hermoso y frágil ser humano, nuestro(s) pequeño(s) hijo(s) que cada mañana dejamos en manos de personas de supuesta confianza para que cuiden de su bienestar; en tanto, permanecemos en nuestro trabajo, viniendo después el tiempo de traslado, quizás en total agotamiento físico y mental, para encontrarnos nuevamente con ellos, y que tal vez, vaya en detrimento de un encuentro sano para gozar de su inocente compañía.
Es de entender que lo de ahora no son vacaciones, es un cuarto de hora para aprovechar momentos únicos en el complejo proceso de la maduración y fortalecimiento de su íntegro desarrollo biológico, mental y espiritual. La nueva familia logra estar reunida el día entero. Insospechado vuelco de 180 grados ha comenzado a vivir el entorno familiar, que tal vez lograba integrarse solamente los fines de semana.
Vivencia de olor a hogar que aún no sabemos cuánto durará. ¡Viva la familia!