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Columnistas | PUBLICADO EL 23 marzo 2023

La guerra reciclada: Bajo Cauca

Es necesario fortalecer los organismos de justicia. De nada sirven ejércitos y estaciones de policía cuando la capacidad acusatoria y de juicio son débiles.

Por Isabel Gutiérrez R., - JuntasSomosMasMed@gmail.com

El Bajo Cauca Antioqueño se encuentra inmerso en una compleja situación de orden público y crisis humanitaria que ha dejado en evidencia los retos de seguridad y legitimidad del Estado colombiano, y las condiciones sociales de su población. Desde hace varios años, esta zona ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos armados ilegales que buscan controlar los territorios y las rutas del narcotráfico.

La presencia de grupos armados ilegales como el Clan del Golfo y el Eln, entre otros, ha generado un clima persistente de inseguridad y violencia. Los enfrentamientos entre estos grupos, así como su disputa por el control de las rutas del narcotráfico y explotaciones ilegales de oro, han dejado un saldo de decenas de muertos y desplazados. Solo en los últimos cinco años murieron más de 1.500 personas víctimas de homicidio.

La situación de orden público en esta región es un reflejo de los retos que enfrenta el Estado colombiano en la lucha contra el crimen organizado: la histórica falta de presencia y de control territorial en muchas regiones. Los grupos armados ilegales han aprovechado la ausencia de instituciones estatales para establecer su dominio sobre la población. La corrupción y la debilidad institucional han permitido que estos grupos se fortalezcan y consoliden su presencia en la región. Es una situación que se repite históricamente y parece nunca acabar.

Hace más de diez años mi vida laboral me permitía estar dos días a la semana en esta región. Recuerdo las historias de víctimas del conflicto, las audiencias macabras de los jefes paramilitares, y los violentos enfrentamientos entre guerrillas y paramilitares. Hoy los protagonistas son otros, pero la zozobra y las condiciones de inseguridad son las mismas.

Hoy me pregunto por los ciudadanos que habitan estos territorios e intento ponerme en su situación. Familias que han vivido la guerra por generaciones y que demandan con urgencia los esfuerzos sostenidos de las autoridades. No podemos vivir a espaldas de una guerra que se recicla cada tanto tiempo.

La situación de orden público en el Bajo Cauca Antioqueño es un reflejo de los retos que enfrenta el Estado colombiano en la lucha contra el crimen organizado. Es necesario fortalecer la presencia institucional en la región, implementar estrategias integrales de seguridad que faciliten el despliegue de distintas capacidades de las fuerzas armadas, desde control territorial hasta inteligencia. Y por último fortalecer los organismos de justicia. De nada sirven ejércitos y estaciones de policía cuando la capacidad acusatoria y de juicio son débiles.

El Bajo Cauca requiere de atención urgente, pero esa atención no debe ser para intervenir la coyuntura, sino para establecer de manera permanente las capacidades que se requieren para instalar una paz estable y duradera.

Isabel Gutiérrez Ramírez

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